El BLW (Baby Led Weaning) está cogiendo fuerza en los últimos años aunque muchas de nuestras madres y abuelas ya lo hacían y no es infrecuente que las familias acudan a consulta para pedir información y asesoramiento a cerca de esta modalidad de alimentación infantil.

He de reconocer que cuando mis hijos eran lactantes y llegó el momento de empezar con la alimentación complementaria, el BLW no formó parte de mis opciones porque sencillamente desconocía de su existencia. Pero como ocurre frecuentemente en medicina, ante las campanas inicialmente a lo lejos y posteriormente en mi propia consulta, me tuve que meter en faena y estudiar detenidamente el tema. ¡Son tantas cosas las que no estudiamos en la Universidad o en nuestra etapa de médicos residentes! En casi todas las profesiones ocurre ¿Verdad? “Renovarse o morir” o lo que es lo mismo “Reciclarse o morir”.

Como parte de mi renovación están los cursos anuales que organizan las asociaciones científicas de pediatría a los que asisto puntualmente cada año. Uno de los temas que más interés suscitó este año en el Curso de Actualización de pediatría de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (Aepap) fue justamente este: el BLW.

¿Y qué es el BLW?

Es el inicio de la alimentación complementaria a los 6 meses en forma de alimentos enteros, en lugar de triturados, con el tamaño y forma adecuadas para que sea el propio bebé el que los coja con sus manos y se lo lleve a la boca en función de su apetito y preferencias. Es decir, hervir la verdura y la carne/pescado y ofrecérsela en trozos alargados para que este sea capaz de agarrarlos sin problemas con sus manos. Recordad que a los 6 meses, los niños aún no hacen la pinza (unión del pulgar con el índice) por lo que los objetos, en este caso los alimentos, los cogen abriendo la mano entera para posteriormente cerrarla (Prensión palmar).

Tened en cuenta que entre los 6 y los 8 meses la energía que les debemos aportar a nuestros hijos proveniente de la alimentación complementaria es de 1/5 del total, el resto de energía se la daremos en forma de leche. Sin embargo entre los 9 y los 11 meses la balanza estará más equilibrada y el 50% del aporte calórico deberá venir de la alimentación complementaria y el otro 50% de la leche.

¿Qué beneficios tiene el BLW?

  1. Hábitos de alimentación más saludables respetando las señales de su cuerpo como son el hambre y la saciedad. Las madres que siguen el BLW viven la alimentación de una forma más relajada, sin forzar a sus hijos a comer. Los bebés desde temprana edad prueban distintos sabores y texturas lo que parece estar relacionado con una alimentación más saludable y variada en su futuro.
  2. Promoción de la lactancia materna puesto que los bebés seguirán enganchándose al pecho de su madre cuándo y cuánto quieran siguiendo la filosofía de respetar sus señales de hambre, sed y por supuesto saciedad. Se trata de realizar una alimentación activa, donde es el propio bebé el que regula su apetito, y no la alimentación pasiva de las papillas, cucharas y biberones. El BLW se puede realizar en niños no amamantados de igual modo; la leche de artificial no es excluyente en ningún caso.
  3. Promueve y estimula el desarrollo psicomotor del niño favoreciendo la prensión manual al agarrar los trozos de comida, la realización de la pinza en torno a los 9 meses. Del mismo modo mejora la coordinación oculo-manual, la masticación…
  4. Mejora la transición a alimentación sólida puesto que desde los 6-7 meses han empezado a trabajar la masticación con alimentos de distintos sabores y texturas.

 

¿Cómo sé si mi hijo está preparado para empezar con el BLW?

A los 6 meses todos los niños ya sean alimentados con pecho o con biberón deben iniciar la alimentación complementaria de una manera o de otra puesto que la leche de forma exclusiva, a estas edades, ya no aporta todos los nutrientes que necesitan nuestros niños para seguir creciendo, como por ejemplo, el hierro.

Para empezar con un BLW es imprescindible que:

  1. Tenga una sedestación estable. Es decir, que se siente en la trona sin caerse a los lados o hacia adelante.
  2. Que haya desaparecido el reflejo de extrusión. Este reflejo es aquel que observamos en los niños más pequeños al introducirles algo sólido sobre la lengua, ya sea un trozo de comida, un objeto o el propio chupete, estos sacan la lengua inmediatamente en un intento de expulsar todo aquello que pueda provocarles un atragantamiento. Este reflejo suele desaparecer en torno a los 6 meses.
  3. Que tenga autonomía con sus manos y una adecuada coordinación ojos-mano-boca.BLW

¿Qué peligros o inconvenientes tiene el BLW?

No todo son ventajas, veamos cuales son las desventajas.

  1. Existe riesgo que no se alcancen sus necesidades energéticas o que presenten desequilibrios nutricionales y nos encontremos con niños que coman mínimas porciones de verdura y/o fruta y menos aún de proteínas animales con el consiguiente riesgo de anemia ferropénica (anemia por falta de hierro), escasa ganancia de peso o estancamiento en su desarrollo psicomotor.
  2. Riesgo de atragantamiento. Es un riesgo lógico y con fundamento. De hecho los padres que practiquen esta modalidad de alimentación convendría que tuvieran nociones básicas de primeros auxilios en caso de atragantamiento.

Causas de muerte por atragantamiento en niños menores de 3 años alimentados con BLW:

  • Zanahoria cruda.
  • Cacahuete
  • Manzana cruda
  • Salchichas

Alimentos que debemos evitar por alto riesgo de atragantamiento:

  • Verduras crudas: Zanahoria, apio, ensalada
  • Manzana cruda
  • Patatas de bolsa, galletas de arroz o de maíz.
  • Frutos secos o frutos desecados (pasas, arándanos)
  • Cerezas, uvas, cherry, maíz, guisantes
  • Caramelos y cualquier alimento duro que no sean capaces de aplastar con la lengua y el paladar.

Así que en vuestras manos está. Como veis las opciones de alimentación complementaria son muy diversas.

Mención especial merecen los niños prematuros o con alteraciones en su desarrollo psicomotor ya que sus ritmos no son los que encontramos habitualmente en el resto de niños.

Así que el mejor consejo que os puedo dar es que observéis a vuestro hijo como interacciona con la comida, no tengáis prisa, respetad su madurez y necesidades y afrontad la hora de comer como algo divertido y relajado. Y por supuesto, ante las preguntas que os vayan surgiendo no dudéis en comentarlas y consensuarlas con vuestro pediatra.

Es curioso como las madres más jóvenes “luchan” porque sus bebés empiecen a comer con las manos y yo, no tan joven, lucho para que mis hijos, más mayores ya, utilicen los cubiertos correctamente en la mesa.

Curioso ¿verdad?

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