Cuento-piratería

  • Mamá, ¿Qué es un plagio?
  • Ven cariño, siéntate a mi lado. ¿Recuerdas la poesía que escribiste tras los terribles atentados de París?
  • Sí- contesta Carlos sonriendo inocentemente.
  • ¿Qué recuerdas de aquella experiencia, cielo?- le pregunta su madre mientras le aparta el flequillo de la frente.
  • Hmmm… la sorpresa que se llevó mi profe al recoger mi libreta- relataba con un brillo en su mirada difícil de olvidar.
  • Le gustó tanto mami, que me hizo salir a la pizarra y leérsela a todos mis compañeros. ¿Y a que no sabes qué pasó?
  • Dime cariño- le preguntó su madre abriendo los ojos tanto como pudo para recibir las palabras que estaba a punto de escuchar.
  • Pues que me aplaudieron todos mis compañeros, mamá; todos! Hasta Juan con el que ya sabes que no me llevo muy bien. ¡Todos! – le decía moviendo sus manitas, agitando el aire y emanando felicidad por cada uno de sus poros.
  • ¡Qué bien, hijo! ¡Qué orgullo!- le contestó su madre, que mientras le abrazaba emocionada, olía su fresco aroma a niño. Sí, los niños huelen a niños… ¡Qué delicia!
  • Mami, y también me acuerdo que llamé a los abuelitos para contárselo y a papi y se pusieron todos TAN contentos, mamá… tan, tan contentos.
  • Sí, cariño. Eso se llama: “sentirse orgulloso”- le explicaba su madre sin apartar ni un instante su mirada.
  • Eso es, os sentíais todos tan orgullosos de mí… -pensaba en voz alta Carlitos mientras acariciaba un mechón de pelo de su madre.
  • Cariño, dime una cosa: ¿Hubo algo o alguien que te ayudara a escribir ese poema tan precioso?- le preguntó su madre con curiosidad infantil.
  • Pues sí. Esa mañana mientras preparabas el desayuno habías puesto una canción que se titulaba “Sous le ciel de París” ¿Te acuerdas? De una cantante francesa y de ese cantante español que le gusta tanto a mi hermana. ¿Cómo era? Pablo, Pablo… Pablo Alborán! ¡Eso!
  • Sí. Me acuerdo- contestó su madre con una amplia sonrisa- La canción es de una artista llamada ZAZ y efectivamente colaboraba Pablo Alborán.
  • Bueno, pues tras escuchar esa canción, escribí el poema- sentenció Carlos.
  • ¡Muy bien, amor! Eso se llama: INSPIRACIÓN. Sabes que a mamá le gusta mucho escribir ¿verdad? Pues yo también busco fuentes de inspiración como tú.
  • ¿Ah sí?- preguntó intrigado mientras seguía jugueteando con los mechones sueltos del lacio pelo de su madre.
  • Sí. Me encanta la música, me inspiro frecuentemente en el coche, mientras voy al trabajo; o en la ducha. Pongo la música muy alta; hay canciones que solo se pueden sentir si las pones a todo volumen… a veces incluso me emociono, tú lo sabes. Me inspiro también en todo lo que leo, me encanta leer. Tus abuelitos siempre han leído mucho y se ve que de verles de pequeñita, me han contagiado.

Carlitos escuchaba tan atento…

  • Me inspiro en todos las personas que se cruzan en mi camino, en los niños, en sus padres, en las abuelas. En una conversación por email, por whatsapp, por teléfono, en una comida con amigos o en una noche en vela. Me inspiro en una llamada inesperada. Me inspiro en lo que veo, oigo y sobre todo, en lo que siento. Con los años he aprendido a escuchar mis emociones, mis sentimientos y mis pasiones.
  • No entiendo muy bien esto último, mamá, aunque a mí también se me pusieron los pelos de punta cuando escuché los aplausos de mis compis del cole- contestó Carlos a su madre haciendo un esfuerzo por entender la profundidad de sus palabras.
  • Muy bien hijo. Pues ahora imagínate que otro niño coge tu poesía, dice que la ha escrito él, no solo la lee a toda su clase, sino que también se la lee al director y este se emociona tanto que hasta lo publican en la revista del colegio.
  • Pero mamá, ¡eso no puede ser! ¡Es imposible! ¡Es mía! – contestó el niño separándose bruscamente del regazo de su madre.
  • Eso, mi vida, eso es un plagio.

Lee, lee mucho. Escucha música, siéntela. Mira a la gente a los ojos, ponles tu mano sobre su hombro, abraza, besa, siente… siente la alegría, la felicidad, el placer, el amor pero siente también la pena, el enfado, la melancolía y la tristeza. Reconoce todas esas emociones dentro de ti, ponles nombre, búscales en hueco en tu interior. Entran todas. No deseches ninguna. Todas son válidas. Siéntelas con todo tu cuerpo y con todas ellas: CREA.

Crea música, crea fotografías, crea cine. Crea cuadros, esculturas. Crea relatos, artículos, cuentos o libros, incluso. Crea poesía, crea todo lo creable, pero hazlo desde dentro.

No plagies. No copies. No robes. No compres piratería. Porque si lo haces, a todos nosotros nos robas un trocito de nuestra esencia…y el mundo se quedará sin arte, se quedará sin alma.

 

Poésie pour Paris
La Tour Eiffel est la plus belle
Je ne veux pas de piéges ni de combats
Paris c’est ma vie, c’est comme une poésie
Les arbres dansent et les pigeons volent
J’ ai envie de vivre sous le ciel de París

Carlos Almodóvar Galán.

 

 

CÓDIGO PENAL: De los delitos relativos a la propiedad intelectual

Artículo 270

  1. Será castigado con la pena de prisión de seis meses a cuatro años y multa de doce a veinticuatro meses el que, con ánimo de obtener un beneficio económico directo o indirecto y en perjuicio de tercero, reproduzca, plagie, distribuya, comunique públicamente o de cualquier otro modo explote económicamente, en todo o en parte, una obra o prestación literaria, artística o científica, o su transformación, interpretación o ejecución artística fijada en cualquier tipo de soporte o comunicada a través de cualquier medio, sin la autorización de los titulares de los correspondientes derechos de propiedad intelectual o de sus cesionarios.
  2. La misma pena se impondrá a quien, en la prestación de servicios de la sociedad de la información, con ánimo de obtener un beneficio económico directo o indirecto, y en perjuicio de tercero, facilite de modo activo y no neutral y sin limitarse a un tratamiento meramente técnico, el acceso o la localización en internet de obras o prestaciones objeto de propiedad intelectual sin la autorización de los titulares de los correspondientes derechos o de sus cesionarios, en particular ofreciendo listados ordenados y clasificados de enlaces a las obras y contenidos referidos anteriormente, aunque dichos enlaces hubieran sido facilitados inicialmente por los destinatarios de sus servicios.

  3. En estos casos, el juez o tribunal ordenará la retirada de las obras o prestaciones objeto de la infracción. Cuando a través de un portal de acceso a internet o servicio de la sociedad de la información, se difundan exclusiva o preponderantemente los contenidos objeto de la propiedad intelectual a que se refieren los apartados anteriores, se ordenará la interrupción de la prestación del mismo, y el juez podrá acordar cualquier medida cautelar que tenga por objeto la protección de los derechos de propiedad intelectual.

Excepcionalmente, cuando exista reiteración de las conductas y cuando resulte una medida proporcionada, eficiente y eficaz, se podrá ordenar el bloqueo del acceso correspondiente.

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