Ayer pillé a mi hijo decirle a su hermana: “Qué ganas de que sean vacaciones para poder jugar más tiempo a la Play”
Se acercan las vacaciones y con ellas el tiempo libre aumenta, es por ello que muchos niños pasarán más horas en contacto con las pantallas que durante el resto del año.
Aquí os dejo un vídeo que grabé en colaboración con Clínica Baviera hablando justamente de este tema:
Actualmente tenemos un montón de dispositivos electrónicos en casa y es prácticamente imposible conseguir que nuestros hijos no los utilicen. Pero, ¿realmente son tan prejudiciales? Pues como siempre, tranquilidad y sentido común.
Las pantallas digitales desde el punto de vista visual no son malas, siempre y cuando se utilicen con los cánones y las medidas adecuadas e indicadas por los propios dispositivos. Eso sí, da por hecho que si utilizamos las pantallas durante varias horas seguidas no será raro encontrarnos condolores de cabeza, lagrimeo o irritación de los ojos.
Hay que tener en cuenta que cuando nuestros ojos prestan una excesiva atención a estas pantallas, inconscientemente disminuimos la frecuencia del parpadeo y se originan los síntomas antes descritos, pero eso no significa que sean peligrosos. Debemos reconocer que estos dispositivos forman parte de nuestro presente y de nuestro futuro así que aprendamos a utilizarlos correctamente.
Uno de cuatro jóvenes tiene miopía. Cifras que según los expertos han sufrido un preocupante aumento en los últimos años. El Colegio Nacional de Ópticos-Optometristas estima que en 2020 la miopía afectará al 33% de los adolescentes españoles. Y es que la mayoría de los especialistas están de acuerdo en que la miopía es un problema creciente. ¿Tendrá algo que ver el hecho de que cada vez utilicemos con mayor frecuencia la visión cercana (cuando leemos un libro o usamos un dispositivo electrónico, por ejemplo) que la lejana? Es más que probable.
Desde mi punto de vista, la edad es determinante, debemos tener en cuenta que la Academia Americana de Pediatra recomienda no exponer a pantallas a los niños menores de 2 años. Y cuando dicen pantallas se refieren a todo tipo de pantallas, incluida la televisión.
¿Y qué ocurre en los niños mayores de dos años? Las recomendaciones actuales aconsejan no utilizarlas más de dos horas al día.
Vamos con algunos consejos para intentar mitigar las posibles molestias que puedan surgir al usarlos:
- Colocarlos a una distancia de unos 30 centímetros. Fijar la vista durante tiempos prolongados podría aumentar el riesgo de miopía.
- Deportes y actividades al aire libre para fomentar la visión lejana. m
- Utilizarlos con una luz ambiental adecuada, nunca siendo la única fuente de luz que tengamos.
- Intercalar periodos de descanso.
- Mantener los ojos hidratados, incluso, emplear lágrimas artificiales para mejorar la hidratación de los ojos.
- Una buena práctica es bajar la intensidad del brillo de las pantallas.
- No exponer a pantallas 2 horas antes de irnos a dormir porque interfieren en la calidad del sueño, provocan insomnio a cualquier edad y aumentan los terrores nocturnos y el sonambulismo en niños predispuestos. Aquí os hablaba de ello.
- Y por último: mucho mejor leerles un cuento en papel tumbados en su cama ¿No os parece?
¿Es la luz LED dañina para la visión?
La Unión Europea emitió un informe oficial sobre la luz LED en 2017 que concluía con un: “El Comité llega a la conclusión de que no hay evidencia de efectos adversos directos para la salud de la población en general de los LEDs en uso normal (iluminación y displays)”. El estudio señalaba que no existían pruebas de que este tipo de iluminación fuera dañina para los ojos o la piel, siempre que se cumplieran los límites de exposición establecidos en la actualidad.
“Actualmente el brillo de la luz azul procedente de las pantallas es inferior al 10% de la dosis máxima de luz que se consideraría peligrosa para la retina”, según el posicionamiento científico europeo.
La Sociedad Española de Oftalmología emitió un comunicado el año pasado que decía lo siguiente: “Tras el análisis concienzudo de la literatura científica existente el tema, la evidencia científica actual no demuestra que la luz azul dañe el ojo…”
Tras estas conclusiones uno podría pensar: “Bueno, como malo no es, entonces ¿será bueno?
¿Encontramos beneficios en el uso de pantallas en los niños tan pequeños?
De momento, no. Ninguno. Los niños pequeños, en sus primeros años de vida no necesitan ese tipo de estímulos sensoriales, auditivos, visuales en los que el ritmo acelerado de las imágenes y los sonidos nunca se corresponde con la realidad. Durante los primeros años los niños lo que necesitan es establecer un sólido y nutritivo vínculo afectivo con sus padres y cuidadores. Es la madre/padre el que representa la llave que conecta el mundo real con su propia realidad.
Son las emociones de sus padres las que le mostrarán el camino a seguir.
Los niños no identifican las emociones en las pantallas. Pero no solo eso, los estudios científicos avanzan a la misma velocidad que las nuevas tecnologías. Ya hay trabajos que relacionan de una manera aplastante el exceso de consumo de televisión y videojuegos con desórdenes en el sueño,hipertensión arterial, aumento de factores de riesgo cardiovasculares en adolescentes, obesidad, problemas de atención, dificultad de aprendizaje y peores resultados académicos.
Así que os animo a todos a reflexionar sobre ello y a adaptar las nuevas tecnologías a las edades de vuestros hijos limitando su uso. No expongáis a vuestros bebés a las pantallas, por favor… No les contéis cuentos a través de la tableta, mucho menos si vienen con audio incluido. Compra libros con bonitas ilustraciones, deja que pase él las páginas, pon tú la voz a los distintos personajes, busca la sorpresa en su mirada y la carcajada en su sonrisa.
En resumen, recordad que los bebés, los niños y los adolescentes aprenden de las relaciones interpersonales, de nuestras emociones, de lo que ellos mismos sienten cuando les hablamos, cuando les susurramos…Aprenden del juego con iguales, de su maravillosa capacidad de asombro, de su pensamiento creativo, constructivo e imaginativo. Aprenden de lo que ven a través de nosotros, de lo que huelen, de lo que tocan, de lo que escuchan. Aprenden también del esfuerzo, del sacrificio, del saber elegir, de la compasión, del dolor ajeno. También nosotros, los adultos. Yo puedo leerme todas las noticias políticas del día en el ipad que nunca podrán sustituir a una inteligente conversación con mis padres tras una buena comida.
“Cambiaría, si pudiera, toda mi tecnología por una tarde con Sócrates” – dijo Steve Jobs.
¡Necesitamos vivir en vivo y en directo! ¡Los niños y nosotros! Pantallas, sí, están con nosotros, pero limita su uso, sobre todo cuando estés con tus hijos. ¿Y ahora? Apaga el móvil, levanta la vista y piensa si te has perdido algo mientras leías este post.
Hasta la próxima.