Como cada jueves vuelvo en el AVE dándole a la tecla, tras mi colaboración semanal en Saber Vivir. Hoy tocó hablar de la piel de los más pequeños y allí mismo resolvimos las dudas de muchos padres, que a su vez son las mismas dudas que nos consultáis a diario en la consulta. Vamos a ello. Os dejo AQUÍ  el vídeo (a partir del minuto 16)

¿Debemos hidratar la piel de los niños desde que son bebés?

Sí, es una buena práctica hidratar la piel de los niños desde el nacimiento. Debemos insistir a los padres en que utilicen cremas específicas para bebés, cuanto menos perfume mejor ya que en ocasiones suponen un agente irritante para sus pieles tan finas y sensibles. No debemos utilizar la cosmética de adultos en las pieles de los niños porque pueden tener efecto estrogénico en ellos y nos podemos encontrar con una lactante a la que le empiezan a crecer las mamas por haber absorbido la crema hidratante que su madre lleva semanas echándole. ¡Ojo!

Debemos aprovechar la salida del baño o de la ducha para utilizar un aceite o una crema hidratante y a aprovechar la humedad de la piel en esos momentos para hidratarles a diario.

¿Son todas las cremas iguales? 

Aquí en el taller: chapa y pintura como diría mi amiga La Boticaria García.

Por supuesto que no. Las cremas se deben utilizar con criterio. Si nuestro hijo tiene una piel sana y sin mayores problemas, con una crema hidratante pediátrica es suficiente. A medida que el grado de sequedad de su piel sea mayor, utilizaremos cremas más emolientes ricas en principios activos que reestructuran la barrera cutánea y lipídica y al mismo tiempo calman el picor que habitualmente tiene los niños con eccemas o con dermatitis atópica. Así que no os volváis locos y entre lociones, hidratantes, aceites y emolientes, lo ideal es que consultéis con vuestro pediatra o con el dermatólogo.

¿Es recomendable bañar a los bebes todos los días?

No, de hecho lo ideal es que se bañen cada 2-3 días, baños cortos y no necesariamente debemos utilizar siempre jabón en todo el cuerpo. El agua no deja de ser un agente agresivo para las pieles delicadas de los más pequeños. ¿Los mejores para mi gusto? Los geles Syndet, es decir un jabón sin jabón; un gel lavante que si además es emoliente, mataremos dos pájaros de un tiro: limpiaremos la piel del bebé sin afectar a su ph por los jabones y encima le estaremos hidratando.

Mi hijo tiene la piel muy seca, nos han dicho que tiene una dermatitis atópica. ¿Algún consejo?

La dermatitis atópica es una patología muy frecuente en la infancia. Se trata de una sequedad cutánea extrema y localizada en determinadas zonas del cuerpo como puede ser flexuras de brazos, detrás de las rodillas, mejillas o párpados. En casos más graves afecta al resto del cuerpo. Como consecuencia de la sequedad los niños tienen un picor muy intenso que no solo afecta a su sueño sino a su calidad de vida en general. Es fundamental con estos niños tratar no solamente los brotes en los que estén peor, sino hacer un adecuado y exquisito cuidado de la piel a diario:

  • Evita baños, largos. Es preferible la ducha rápida.
  • No bañarse/ducharse todos los días. Cuanta menos agua mejor.
  • Hidrata la piel con cremas emolientes específicas para atópicos, al menos dos veces al día.
  • Huye de perfumes y colonias.
  • Llévalos a la playa en cuanto se pueda, mejoran espectacularmente con el sol y el mar.
  • Ojo con las piscinas y el cloro, pueden empeorar bruscamente.
  • Confía en los profesionales cuando os recetemos cremas con corticoides y jarabes antihistamínicos. El tratamiento de los brotes de dermatitis atópica ha de instaurarse lo antes posible, de este modo evitaremos que se alargue y acortaremos en el tiempo los tan molestos síntomas, como por ejemplo el picor. No tengáis miedo, siempre os digo que no os daríamos algo que no fuera lo mejor para vuestro hijo en las circunstancias precisas en las que acudís a vernos.
  • Si son lactantes muy pequeños con brotes importantes de dermatitis atópica, investigaremos posibles alergias alimentarias. En ocasiones van de la mano alergia a la proteína de la leche de vaca o la alergia al huevo.

Os recomiendo leer el post que hice en su día sobre dermatitis atópica a aquellos que estéis interesados en el tema.

El tiempo en televisión es oro, así que lamentablemente se quedó un tema en el tintero que me hubiese encantado tocar y es el siguiente: ¿Debemos utilizar protección solar todo el año con los niños?

La incidencia de melanoma en nuestro país aumenta cada año. La mayoría de la radicación que acumula nuestra piel se adquiere en la infancia.

La piel tiene memoria, es decir, no veremos a niños con melanoma pero si ha estado expuesto al sol durante años sin protección, su riesgo de padecerlo en la vida adulta será mucho más alto. Según los expertos se podrían evitar hasta el 80% de los cánceres de piel con una adecuada fotoprotección solar durante toda la infancia. Los países, como Australia que han puesto en marcha campañas nacionales de concienciación sobre la protección solar han visto como sus tasas han disminuido de forma importante. Es por todo ello que debemos proteger a nuestros hijos del sol, sí.

Y aquí ya entra en juego el sentido común: si vas a comprar el pan dando un paseo no hace falta que le embadurnes, pero sin duda ante exposiciones prolongadas, sea verano o invierno, sí: comidas al aire libre, excursiones por la montaña, esquiar, largos paseos, etc…

¿Y qué ocurre con la vitamina D? ¿No se supone que la sintetizamos del sol? ¿Si le ponemos protección solar, qué ocurre?

Sí, la vitamina D es fundamental para el correcto metabolismo del calcio que garantice un adecuado crecimiento óseo en los niños además de tener un papel cada vez más importante en enfermedades como la diabetes mellitus tipo 1, la hipertensión arterial o algunos tipos de cáncer. Su principal fuente de síntesis es la radiación solar; esta incide sobre nuestra piel y de este modo fabricamos vitamina D3. Se estima que una exposición de entre 5-15 min al día es suficiente para fabricar la vitamina D3 de todo el día. Exposiciones hasta 10 veces más se necesitaría en pieles mucho más oscuras como sucede en individuos negros. Sin embargo debido a los riesgos más que documentados de la exposición solar a todas las edades, los pediatras no recomendamos exponer a los menores de un año al sol sin protector. Es por ello que las recomendaciones oficiales es suplementar a todos los niños menores de un año estén alimentados con lactancia materna o no lo estén,  con Vitamina D3 en gotas (400UI/día)  hasta que cumplan los 12 meses excepto si ingieren un litro al día de fórmulas adaptadas (Leche de continuación), cosa que a estas edades es francamente difícil.

Y con esto me despido, que estoy a punto de llegar a Alicante y mis hijos me esperan a merendar. Merendar, merendar no sé si lo harán; están tan nerviosos con la llegada de sus majestades los Tres Reyes Magos que hasta se les olvida comer ¡Insólito en dos niños con sangre asturiana! Por cierto, ¿no habéis leído aún mi carta? Pues coge aire, respira profundo y pincha en ESTE enlace.

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