La tosferina es una enfermedad respiratoria emergente producida por una bacteria llamada Bordetella pertussis. Los pediatras estamos en alerta puesto que en los últimos años se ha producido un aumento de los casos en toda España, fundamentalmente en los lactantes pequeños. Así pues, en los últimos años, hasta 2012, se ha documentado un incremento en el número de casos, tendencia que parece que se ha frenado en 2013 con 2342 casos, pero que ha remontado de nuevo en 2014 con 3262 casos produciéndose un pico aún mayor en el 2015 con 8352 casos y un descenso en el 2016 con 4087 casos. Recientemente el Dr. David Moreno coordinador del Comité Asesor de Vacunas (CAV) presentó en el Congreso Europeo de Enfermedades Infecciosas Pediátricas su último estudio en Andalucía (2016-2017) con claro descenso de lactantes hospitalizados por tosferina. Dato sin ninguna duda esperanzador.

Os animo a consultar el último informe del Centro Nacional de Epidemiología donde podéis acceder a los últimos datos actualizados de la tosferina en España desde el año 2005-2016.

Entre los niños afectados, el 40 % tienen menos de un año, el 15 % son adolescentes y el 13 % son adultos.

¿Quién contagia a quién?

En más del 80 % de los niños enfermos, el contagio proviene de un adulto que convive con el bebé.

Por tanto, mucho cuidado con los abuelos o padres tosedores, el “catarro mal curado” de los adultos que por distintos motivos no acuden al médico. No olvidéis que es una enfermedad muy contagiosa, de hecho, la mayoría de las personas no vacunadas que están en contacto con un enfermo de tosferina, desarrollan la enfermedad.

La vacunación es la medida preventiva más eficaz

¿Cuáles son los síntomas?

  • Fase catarral: Los primeros días, los síntomas son indistinguibles de un resfriado común con mocos, congestión nasal, tos y/o fiebre.
  • Fase paroxística: Con el paso de los días la tos empeora y adquiere un sonido muy peculiar. La tos es en salvas, en accesos continuos sin tiempo apenas para coger aire, de ahí que, al final, emitan un sonido parecido a  un pitido (gallo) característico de la enfermedad. No te pierdas este audio donde se escucha perfectamente a un lactante con tosferina. PINCHA AQUÍ. La verdad es que siempre que lo escucho termino yo con sensación de ahogo…  (Audio cortesía de mis colegas pediatras de El gipi ). Escuchar y sobre todo, ver a un lactante toser de esta forma es como asistir a los partos complicados, irremediablemente y sin darte cuenta terminas sudando, apretando los dientes y empujando tú también.

Muchas madres dicen: “Se engancha con la tos, es como si se ahogara”– después de haberlo escuchado, lo entendéis, ¿Verdad? Tras estos “ataques de tos” los niños están agotados y con poca actividad.

Las complicaciones en los niños pueden ser importantes: otitis media, neumonía, insuficiencia respiratoria, encefalopatía, convulsiones, apneas (paradas respiratorias) y en último caso, la muerte. Sin embargo, los síntomas en los adultos son leves y rara vez provocan complicaciones.

¿Cuál es su tratamiento?

La tosferina se trata con un antibiótico específico y, cuanto antes se empiece, mejor. El 70% de los niños menores de un año precisan hospitalización y prácticamente el 100% de los menores de 3 meses.

¿A quién afecta la tosferina?

A cualquiera de nosotros sea cual sea nuestra edad. Aunque ya hemos comentado, que los más vulnerables son los niños pequeños, especialmente aquellos que aún no han recibido la pauta completa de la vacuna. Por ello las formas más graves y de mayores complicaciones, las encontramos en los bebés menores de 2 meses a los cuales aún no nos ha dado tiempo a administrar la primera dosis.

¿Cuál es la medida más eficaz para que los casos de tosferina disminuyan?

Sin ninguna duda, la vacunación.

En este caso la vacunación no tiene como objetivo erradicar la enfermedad ya que con nuestra vacuna actual no es posible porque va perdiendo efectividad con los años, pero sí es evitar las formas graves que ocurren fundamentalmente en los menores de 6 meses.

Para ello los expertos trabajan en varios frentes:

  1. Vacunar a los lactantes lo antes posible. En nuestro caso los recién nacidos reciben su primera dosis a los 2 meses (Posteriormente reciben nuevas dosis a los 4 meses, 11 meses, 6 años y 12-14 años) En el siguiente enlace podéis acceder al calendario de vacunación del 2018. Si tu hijo ha nacido antes del 2017, este sería su calendario vigente.
  2. Vacunar a las embarazadas en el tercer trimestre de gestación, a partir de la semana 27 (cuanto antes mejor por si se adelanta el parto). De este modo las madres generarán anticuerpos contra la enfermedad que llegarán al bebé a través de la placenta. Cuando nazcan estarán protegidos hasta los dos meses de vida momento en el que recibirán su primera dosis de vacuna.  En Junio de 2015 en España la Comisión de Salud Pública aprobó la recomendación de vacunar frente a tosferina en el embarazo. Entre enero 2014 y enero 2016 todas las comunidades han implantado la vacunación en la embarazada. En cada uno de los embarazos has de vacunarte de nuevo.
  3. Mejorar la vacunación en las personas que convivan con pacientes de riesgo. 

Los casos de tosferina están aumentando y la estrategia parece clara, sin embargo en los últimos años hemos sufrido un desabastecimiento de vacunas de tosferina en todo el mundo es por ello que muchos de vosotros al acudir a la revisión de los 5-6 años os han informado que no hay vacuna disponible y que de momento, hay que permanecer a la espera. El desabastecimiento ya ha cesado y las dosis nuevamente están llegando a los centros de salud de toda España por lo que si tu hijo tiene 6-8 años te recomiendo que preguntes a tu pediatra. 

Durante estos años de escasez de vacunas, los expertos barajaron distintas medidas que podéis leer en este documento y se dio prioridad a las embarazadas (para proteger a los recién nacidos que son los que sufren las complicaciones graves) y a los lactantes menores de 12 meses. 

¿Y por qué hasta ahora no había vacunas disponibles? ¿A qué se debe?

Según el documento del Comité Asesor de Vacunas publicado el 23 de Octubre de 2015 se cree que se debe a  “dificultades en la producción de los antígenos de tosferina que forman parte de las vacunas combinadas y por el incremento, a nivel mundial, de la demanda de estas vacunas. En Europa, la llegada de muchos miles de personas desde el suroeste asiático, como consecuencia de los conflictos bélicos o de la pobreza de sus países, y la necesidad de atenderles en el terreno de la salud pública, incrementa las dificultades a abordar”

¿Vacunan los españoles de tosferina a sus hijos? 

Afortunadamente España goza de unas altas tasas de cobertura vacunal a nivel general para todas las vacunas si nos comparamos con el resto de Europa, sin embargo con la tosferina debemos ponernos las pilas a partir de los 6 años como así indica el Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría: “En 2014, la cobertura vacunal media en el primer año de vida alcanzó el 96,6·%, la dosis del segundo año, el 94,6 %, la dosis de refuerzo de los 4-6 años, el 91,6 % y la dosis de los 14 años, el 80,6 %. Estas cifras muestran una disminución de la eficacia de los programas de vacunación, conforme avanza la edad, lo que denota la necesidad de reforzar los esfuerzos para cumplimentar la vacunación en estos grupos de edad”

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