Ni principio ni final.

¿Principio de embarazo? Pues no, o se está embarazada o no se está embarazada. ¿Principio de diarrea? Pues tampoco, o “te vas por la patilla” o no te vas. ¿Verdad? Con las neumonías ocurre lo mismo.

O se tiene una neumonía o no se tiene.

Podemos decir que una neumonía es grande, pequeña, típica, atípica, lobar, multilobar, bronconeumonía… pero en todos ellos la neumonía está presente.

¿Que en ocasiones no es fácil diagnosticarla? De acuerdo.

¿Que hay muchas veces que no tenemos clara la radiografía? También.

Pero el término de “principio de neumonía” me chirría tanto como una mala tiza sobre una pizarra.

¿Y por qué hay médicos que siguen escribiendo en sus informes “principio de neumonía” y se quedan más anchos que largos? No lo sé.

¿Cuáles son las neumonías más frecuentes en pediatría?

Fundamentalmente las clasificamos en dos tipos.

1. NEUMONÍA TÍPICA: Los niños presentarán fiebre alta, respiración agitada, a veces dolor costal y, en ocasiones, un herpes labial al mismo tiempo. No siempre hay tos, ojo. El aumento de la frecuencia respiratoria es un dato clave en su diagnóstico.

En estos casos, al realizar una radiografía veremos claramente una condensación en uno de los pulmones. La auscultación no siempre nos aclara. En los niños mayores hay signos característicos que nos ayudan pero en los más pequeños, la auscultación puede ser normal o indistinguible de una bronquitis.

 

Si en la radiografía nos encontramos con una imagen redondeada como esta, no hay lugar a dudas. La bacteria más frecuente es el Neumococo y se tratará con antibióticos (Penicilina/Amoxicilina); en la inmensa mayoría de las veces, orales, sin necesidad de hospitalización.

Muchos de vosotros me diréis: “Pues a mí mi pediatra me diagnosticó de neumonía sin hacer un radiografía”. Cierto. Y muy bien hecho. Si la auscultación del niño es muy evidente y a eso le sumamos, fiebre y respiración agitada, no es necesario confirmarlo radiológicamente. Se pautan los antibóticos y se informa a la familia que en 48 horas el niño ha de estar sin fiebre y con mejor estado general. Si pasan las 48 horas y no ha mejorado o ha empeorado, entonces será el momento de hacer una radiografía y comprobar qué está ocurriendo o si ha habido una complicación como puede ser un derrame pleural.

2. NEUMONÍA ATÍPICA: En este caso, el comienzo suele ser más lento, los niños tendrán febrícula y tos seca muy irritativa. En la radiografía nos encontraríamos unos pulmones “sucios”, con moco… ¿Veis la diferencia?

NeumoniaIntersticial

 

  • En los niños menores de 3 años el causante suele ser un VIRUS e irá acompañado de un cuadro catarral con mucosidad nasal y estornudos. Recordad que al tratarse de virus no se tratarán con antibióticos.
  • En los mayores de 3 años las bacterias más habituales son Mycoplasma y Clamydia Pneumoniae, cuyo tratamiento consiste en un antibiótico específico (Macrólidos)

Por tanto, y para no alargarme mucho más. La neumonía es una enfermedad infecciosa que en ocasiones no es fácil de diagnosticar.

Tu pediatra valorará todos los criterios: la fiebre, la auscultación, el estado general, la frecuencia respiratoria y la tos. Si considera que tiene una neumonía, entonces tendrá una neumonía.

Si el diagnóstico no está del todo claro, escucharéis términos como “bronquitis”, “infección respiratoria de vías bajas”… pero si por algún casual escucháis :”Tu hijo tiene principio de neumonía”, hacedme un favor, haced como si no hubieseis oído nada.

Y por último recordad que la vacuna del Prevenar 13 que muchos de vosotros conoceréis y que ya está financiada en la seguridad social, ayuda a prevenir no solo las neumonías por neumococo sino también otitis medias y enfermedad neumocócica invasiva. Así que tras leer este post, revisa la cartilla de vacunación de tu hijo y si no encuentras el Prevenar 13, pide cita con tu pediatra. Os dejo AQUÍ del calendario oficial de vacunación del 2017.

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