Me incorporo a trabajar y me puede la pena.
Sólo había venido cuatro o cinco veces a mi consulta, pero nada más verla entrar, supe que algo no iba bien.
- ¿Cómo van las cosas?- le dije buscando respuestas.
- Bueno, me gustaría que fueran de otra manera… me contestó mirando al suelo confirmando mis sospechas.
Mientras, desvestía a su bebé como una autómata sin haberse sentado si quiera en la silla donde solemos charlar unos minutos antes de meternos en faena.
Me levanté, fui hasta ella y le ayudé a desvestir a su hijo, que por cierto, me recordaba muchísimo a mi hijo mayor: igual de rubio, mismos ojos claros, idéntica piel pálida, casi de cristal. Redondito, gordito y sin apartar ni un solo segundo la mirada de su mamá. El apego que percibí entre ellos dos era tan intenso que sentía que estorbaba…
Algo pasa.
No tardó mucho en “vomitar” todo lo que llevaba días atormentando su cabeza impidiendo disfrutar de su recién maternidad.
La escuchaba y me estaba escuchando a mí misma hace ya 8 años cuando, como ella, tuve que incorporarme a trabajar.
¿Pero cómo voy a ser capaz de separarme de mi hijo tantas horas? Pero si solo quiere mamar y mamar, ¿de qué se va a alimentar cuando yo no esté? No quiere probar nada que no sea mi pecho. No entenderá lo que está ocurriendo. No puedo ni imaginar el sufrimiento que eso le puede generar… – sus palabras fueron como un dejavú. No era solo que yo ya lo había oído, es que era yo misma la que lo había dicho, era yo misma la que lo había sentido. Y una puede olvidar las palabras, pero los sentimientos, lo que nos conmueve, eso no se olvida.
- Yo sé que por esto pasan todas las madres, que no soy la única; pero mi familia vive fuera, he pasado los 6 primeros meses de vida de mi hijo pegado a él las 24 horas del día. No hay un sólo momento en el que me pierda de vista, se engancha al pecho cada 2 horas, de día y de noche…-me decía con lágrimas en los ojos, contenidas, eso sí, en un intento de justificarse.
- No te justifiques, no tienes que hacerlo. Te comprendo perfectamente- le decía. Y se lo decía de corazón porque a mí me ocurrió exactamente lo mismo. Y a mí tampoco me consolaba escuchar a otras madres cuando me decían: “Todas hemos pasado por ello.”
Pues vale. ¿Mal de muchos, consuelo de tontos? Por aquel entonces yo pensaba:
“Esto es lo que yo siento ahora, y lo siento dentro, por lo tanto es mío. Es mi pena, dejadme en paz”.
Y en aquella época después de intentar compartirlo en más de una ocasión decidí vivirlo y sentirlo yo misma y desde dentro.
Estaba de guardia y me aterrorizaba el pensar que el niño se podía caer del cambiador y llamaba a su padre sólo para oír su risa a lo lejos. Ingresaba un niño de la edad de mi hijo con una bronquiolitis de 10 horas de evolución y pensaba:
- Llevo fuera de casa 24 horas, perfectamente podría llegar ahora a casa y encontrarme a mi bebé con la dificultad respiratoria que tiene este niño ahora mismo.
Llegaba a urgencias un accidente de tráfico donde se habían visto implicados dos niños y de nuevo descolgaba el teléfono:
- Cariño, que no se te olvide ajustar bien las correas del coche, ¿vale?
Y entonces comprendí, asumí, que esto estaba en el cargo de ser madre trabajadora. No estaba paranoica, no.
Con los años descubrí que no estamos locas, no. Que mis miedos eran los de cientos de madres en mis mismas circunstancias. Que no somos tan diferentes, que nuestra esencia de madre es muy parecida…
En ese instante en el que escuchaba a mi paciente comprendí que me encontraba con una mujer que bien podría haber sido yo hace 8 años pero ahora yo contaba con la experiencia de haber pasado por ello en dos ocasiones y llevaba a mis espaldas una mochila cargada de años de profesión y confidencias. No era momento de hablar de percentiles, ni de si hacía los 5 lobitos. Era momento de hablar desde dentro:
- Esto que sientes es normal, más que normal es natural. Tu bebé va a estar muy bien. Te voy a decir lo que va a pasar: los primeros días llorará porque efectivamente no comprenderá por qué mamá no está aquí contigo, cuando lleva toda su vida o dentro de ti o a tu lado. Probablemente deje de comer unos días, sí, hará una huelga de hambre. Se negará en rotundo a tomar biberones, él querrá la tetita de mamá; es posible que incluso su sueño se altere las primeras noches, se despierte sobresaltado, quiera estar enganchado a tu pecho toda la noche en un intento de mantenerte unida a él eternamente y tú pensarás en esos momentos: “No puedo seguir así”. ¿Pero sabes qué? Que podrás, claro que podrás. Porque pasados unos días, que no son muchos, él volverá a estar feliz, comerá lo que le den, dormirá de nuevo a pierna suelta y cuando vuelvas del trabajo te recibirá con una plácida sonrisa en busca de tus caricias. Y entonces, tendrás que empezar tú, tu propio proceso. Porque esto ya es cosa nuestra. Es tu pena y has de superarla tú.
¿Te tienes que incorporar sí o sí al trabajo? ¿Verdad?
- Sí- me dijo.
- Pues ya está. Como me decía mi madre: “No te rebeles contra la evidencia”.
- Tenemos que volver al trabajo y no hay más, de momento. Tu bebé va estar bien, pues eso es lo único que importa. Tu pena por no estar a su lado es tuya, y tú has de gestionarla desde dentro. Diferente sería si supieras que tu hijo no iba a estar bien cuidado, entonces sí vivimos la pena desde fuera…con esa necesidad de intentar cambiar las cosas. Pero cuando nuestros hijos están bien, todo lo demás es trabajo nuestro, trabajo de madre, de mujer.
- Así que, escúchame bien- le dije con una sonrisa- vas a disfrutar del mes que te queda, vas a olvidarte de las papillas si no las quiere, deja de pelear, no merece la pena. Ofrécele los alimentos al mismo tiempo que coméis vosotros. ¿Qué quiere coger la zanahoria él sólo? Pues déjale. No quiero que cuentes cucharadas ni peses gramos de pollo. Disfruta, son 30 días los que aun tienes por delante… no los desperdicies peleando. Ya comerá, de hecho ya te adelanto que cuando tú no estés, comerá.
Su expresión facial se relajó, su mirada se iluminó. No dijo mucho pero lo que dijo, me bastó:
- Gracias Lucía. Lo necesitaba.
Y se fue…
(Esto que acabas de leer forma parte de uno de los capítulos de“Eres una madre maravillosa”) Si lo quieres, es tan fácil como pinchar AQUÍ
¡Hasta la próxima!
Dra. Lucía Galán Bertrand. Pediatra y escritora. Autora de:
- Lo mejor de nuestras vidas, 2016. 14ª edición. Planeta. A la venta AQUÍ.
- Eres una madre maravillosa, 2017. 6ª edición. Planeta. A la venta AQUí.
- El viaje de tu vida, 2018. Planeta. A a la venta. AQUÍ.
- Los Cuentos de Lucía mi Pediatra, 2019 (3ª edición) Puedes pedirlo AQUÍ.
- La agenda de mi bebé, 2019. Planeta. Ya a la venta AQUÍ.
- Video curso online “Crianza de 0-4 años” de la Escuela Bitácoras. Descárgatelo y podrás verme y escucharme cuando quieras AQUÍ.
- Próximos talleres y conferencias en España: AQUÍ.
Etiqueta:conciliación, incorporación laboral, lactancia materna
37 Comentarios
Un abrazo muy muy fuerte!!!
Yo también te digo:
Gracias Lucía. Lo necesitaba.
Desde luego es lo que necesitaba leer hoy.
Estamos en ese punto en el que él está bien, come y duerme perfectamente en la guardería y yo tengo una pena inmensa. Cuánto más cuando vuelve a casa cansado y se echa largas siestas. Y yo solo puedo pensar que me pierdo disfrutar de mi bebé en las horas en que está más activo…
Vaya, que justo lo que me hace falta es gestionar mi pena. Y lo demás seguirá yendo rodado.
Un besote.
PD: siempre he creído que los 4 meses de baja de España eran insuficientes, pero quién los pillase teniendo sólo las 10 semanas de Francia…
Casi 4 años y me incorporo al trabajo. La pena me invade…
la baja maternal es ridícula
La concialicion es mentira
Las mujeres estamos desfavorecidas porque se es más madre que padre nosotras nos vamos al trabajo coño tood en La cabeza y volvemos y no paramos! Es una locura!!
Somos super woman! A veces no sé ni cómo aguantamos !!
today, to celebrate Halloween! Have a happy and safe one, everyone! (Also, check out Re;18&#e2e7ns literary costume ideas if you need some last-minute
Hola Lucía. Enhorabuena por tu web, me encanta y en cuanto pueda voy a comprarme el libro!
Tengo una niña de 16 semanas y me he tenido que incorporar ya al trabajo. El problema que tengo es que no quiere el biberón, ni siquiera con leche mía. He probado todo tipo de biberones y de tetina pero no hay manera, lo expulsa con la lengua o o se pone a llorar. El chupete lo coge estupendamente. ¿Me podrías dar algún consejo? Yo ya estoy trabajando y si no estoy no come nada, sólo quiere el pecho…
Muchas gracias!
Yo , Lucía , tengo que contar el caso desde un punto de vista diferente.
Para cuando la baja maternal se acabó estaba deseando volver al trabajo . Llena de Peña , si . Llena de motivación también .
Era una dicotomía tan grande que podría escribir una tesis sobre ello .
Yo también sentí que el suelo se hundía bajo mis pies cuando debía ” abandonar a mi pequeña” en la guardería con menos de 5 meses .
Pero mi yo profesional deseaba sacarse la ropa deportiva y volver a ponerse el traje de chaqueta , para recuperar mi identidad profesional y personal perdida .
Esta dicotomía debería digerirla para poder explicarla . Aún no puedo .
En mi caso este sentimiento se agravó porque mi hija jamás ha querido chupete , ni hemos sido capaces de que tome biberón , aun sigue con lactancia con 18 meses , aunque por supuesto ya come de todo .
Imagina cómo se siente una madre con y puesto de responsabilidad cuando sabe que su bebé no prueba alimento hasta que vuelves .terrible !
Hola lucia , ayúdame yo ya no aguanto 🙁 deje mi país hace 5 años recién graduada de mi carrera me case y viaje con mi esposo A un país de habla inglesa he vivido he tenido dos hijos el primero ya tiene 3 y medio y la niña 2 y medio yo los he cuidado todo este tiempo no he tenido trabajo formal por los papeles , pero gracias A Dios ese año ya me salieron y pues estoy con eso q ya puedo salir A trabajar pero me esta matando ese sentimiento de dejarlos bueno el niño este año lo vamos A mandar a la escuela la niña es probable q asta el otro año pero tengo tanto miedo
Me sentía exactamente igual, mi bebe de 4 meses, me tengo que incorporar cuando aún no haya cumplido los 5, y finalmente he decidido coger una excedencia de un año, porque por suerte apretándonos mucho nos lo podemos permitir, y porque no me quiero perder esas primeras cositas que hace cada día, porque me pongo mala de pensar que tenga que madrugar todos los días cuando ya tendrá que madrugar por obligación cuando vaya al cole, porque es mi bebe,…
Pero ahora me invade un sentimiento de culpa, porque tengo mis estudios, porque toda la vida luchando para estar profesionalmente donde estoy y seguir avanzando, y me encuentro haciendo lo que nunca creí que haría, parar para estar con mi niña. Siento como si le hiciese una faena a la empresa donde trabajo, como si fuese una insensata o una gandula por no hacer lo que todas las madres hacen.
Y nadie lo entiende. Parece que el sino de toda madre es sentirse incomprendida o con un enorme cargo de conciencia haga lo que haga.
En fin, espero aprender a disfrutar de este lujo, porque tengo claro que hoy en día es un lujo.
Gracias Lucía por dar siempre en la tecla de nuestras cabecitas.
Mi hijo pequeño tiene 13 meses, va a la guardería desde los 3 meses y medio. Porque 16 semanas no son 4 meses, son 3 y medio. Todavía no he conseguido dejarlo sin llorar ni un solo día. Sin llorar yo. Él se resignó sobre los 5 meses. Esta mañana se me ha acercado un papá a pedirme por favor que no condujese así, que esperase a que se me pasara el sofoco.
Me acabo de reducir la jornada. Vamos a ir de culo pero yo ya no puedo más. Mis hijos me necesitan y yo los necesito a ellos. Muchísimo. Por las tardes se quedan con su padre, que a veces es incapaz de comprender mis sentimientos. Me apoya y me respeta, pero no lo comparte. Será que hay que gestarlos y parirlos… No lo sé.
Trabajamos para pagar a alguien que los cuide… No os parece absurdo? Por qué no nos echan una mano para poder criarlos? Yo quiero seguir creciendo profesionalmente, seguir formándome… Pero también quiero formar mi familia. Quiero cuidar de mis hijos, no quiero perdérmelo todo.
Me ha ayudado mucho leerte. Gracias.
Es lo peor del mundo, lidiar con los sentimientos de abandonó hacia tu bebé. Me costo depresión con mi primera hija y casi otra con la segunda. Es ridícula la baja maternal. Me rebeló contra la liberación de la mujer. !es un gran timo!.
Cuanto dolor sentimos las madres…
Qué buen post Lucía. La vuelta al trabajo es muy dura, porque pasar de estar 24 horas con tu bebe a “desaparecer” unas cuantas seguidas cuando hay un lazo emocional tan fuerte no es fácil. Y todas las que pasamos por ese proceso así como nuestros bebés, necesitamos y necesitan un abrazo de arrope detrás de otro hasta que nos resituamos todos. Mucho ánimo a todas y gracias Lucía por tratar este tema con tanto tacto.
Sólo una madre y profesional como tú puede describir tan bien ese momento. Ojalá lo hubieras escrito un poquito antes. Me tuve que reincorporar hace algo más de un mes y viví exactamente lo que describes…y lo sigo viviendo, y sintiendo….como bien has dicho, es nuestra pena…y muy orgullosa de tenerla…muchas gracias por tus palabras, son un bálsamo en estos momentos.
Gracias a ti Olga. A mí también me consuela….
Que tranquilidad da saber que hay personas que sienten lo mismo que tu.
Gracias Lucia, gracias y mil gracias.
Como padre, y esposo de mujer trabajadora, me ha emocionado este post. No he llevado a ninguno de mis hijos dentro, pero he visto cómo mi mujer sufría por la separación al reincorporarse al trabajo. Que bien lo has contado Lucía, gracias.
Pd. Te sugiero que en el post cambies el verbo “reveles” por “rebeles”, creo…
Cómo me siento identificada en este post!.. A mi me pasó exactamente lo mismo.. a unas semanas de incorporarme a trabajar todo eran dudas, miedo, incertidumbre, pena… cómo íbamos a estar tanto tiempo separados? como le iban a dar de comer si yo le tenía cada poco enganchado en la teta? como iba a aguantar yo sin sacarme leche tanto tiempo? (en mi trabajo era imposible hacerlo porque me negaba a encerrarme en un baño que encima es público, sentarme en una baza y sacarlo con un sacador manual porque encima no había ni enchufe, no me parecían las medidas ni higiénicas ni moralmente aceptables, ya que yo no preparo mi comida en un baño público, la de mi bebé tampoco) ¿Cómo se iba a encontrar él al separarse de mi, que había sido su referente constante?
Todo el mundo me decía lo mismo ” no te quejes, que tú tienes suerte, yo me incorporé después de las 16 semanas, tu después de 6 meses”… “algún día te tendrás que separar de él”… “todo el mundo lo hace, te va a venir bien”… pero para mi no era consuelo… ya sabía que no era la única que se tenía que separar de su bebé, pero eso no lo hacía menos doloroso… ya sabía que tenía la “suerte” de haber podido juntar vacaciones, lactancia y todo lo juntable para dejarle con 6 meses en vez de con 3, pero a mi me parecía poco, muy, muy poco… dejaba mi mayor tesoro, en manos de desconocidos.. le veía tan chiquitín, tan frágil, tan vulnerable, tan necesitado de su mama… y le iba a dejar en un ambiente totalmente nuevo para mí y para él… El primer día que le dejé (una hora periodo de adaptación) me puse la música a tope y empecé a andar y andar mientras las lágrimas me caían.. Era mi pena, y no podía contarlo porque solo me recordaban la suerte que tenía: de tener trabajo, de dejarle ya “mayorcito”… me decían que con el paso del tiempo no lo vería tan tremendo y vería las ventajas…
Ahora con el paso del tiempo puedo decir que sigo pensando lo mismo… Mi vida laboral, con suerte, va a ser muy larga… que es un año cuidando de tu bebé en 40 años laborables que presumiblemente voy a vivir? ¿Tan raro es que la baja maternal durara el primer año de vida del bebé, cuando lo único que necesita tanto él como la madre es estar juntos?
Lo que si puedo decir, es que una vez que te incorporas a trabajar, todas las dudas en cuanto a la comida y los horarios desaparecen… al final todo fluye, el bebe come, se adapta a los horarios, te recibe con una sonrisa cuando le ves, tus pechos se adaptan a la nueva situación… pero tu pena, como dice Lucía, tu pena es tuya y nadie te la va a quitar…
Yo he tenido mucha suerte, vivo en otro país, me mudé estando embarazada de mellizos y con el sueldo de mi marido podíamos vivir. He empezado a trabajar hace 2 meses, teniendo ellos 2 años y 7 meses y solo media jornada, por aquello de tener un poco de vida adulta y ahorrar, que los viajes a España son muy caros. Pero he vivido en la distancia la experiencia de mi hermana y me ha dolido, y menos mal que ella tiene a mi madre cerca!
En este post he llorado y me he identificado tanto que quiero proponeros además de luchar por la conciliación luchar porque las profesiones que ejercen con turnicidad o nocturnidad o guardias estén exentas de hacerlo los primeros 2 años de vida de nuestros bebés. Seria por supuesto ideal extender las bajas de maternidad como en los países nordicos. Yo aún estoy anestesiando el dolor por la separación. Haciendo el proceso de recuperar la parte laboral de la vida materna pero que son unos meses en una vida laboral frente a LOS PRIMEROS MESES DE VIDA DE NUESTROS BEBÉS? ?? Aún me duele que prefiera el biberón a mi pecho. Aún me cuesta irme a trabajar cada mañana cuando aún no se ha despertado.
No puedo hacer otra cosa que disculparme. En efecto, no había entendido el post y lo había leído a la defensiva. Me ha gustado mucho el otro, que no conocía, y me siento plenamente identificada. Mis disculpas, por tanto, y gracias por haber hecho tu parte para que algún día nuestras hijas no tengan que sacrificar su maternidad.
Un saludo
Totalmente identificada Lucía. Y después de dos bajas, yo doy el mismo consejo que tú: va a estar bien, y ya comerá, que al final es lo de menos. Yo con mi hijo mayor me agobié un montón porque no quería ni biberón, ni cereales, ni por supuesto fruta. Yo es que me había programado como si viniera con libro de instrucciones, esta semana le introduzco tal cosa, la siguiente otra…….y él a su bola, solo quería tetina. Así que con el segundo lo tuve con lactancia exclusiva hasta que me incorporé, y luego poco a poco, sin agobios. También es cierto que con el pequeño me pedí una reducción de jornada un par de meses y ha sido todo mucho más fácil, con el mayor no pude, y hacia guardias, tenía que ir con el sacaleches….un horror, pero hay que pasarlo. Es duro, pero también tienes que volver poco a poco a recuperar tu vida de antes, en lo que se pueda, tras esa gran revolución que es la maternidad.
Por cierto, Lucia, no nos conocemos (creo), pero el mundo ye un pañuelu. Yo también soy asturiana, estudié Medicina en Oviedo (me parece que tengo un par de años más que tú), y la vida también me ha llevado a Alicante, pues vivimos y trabajamos en Elche. Así que te envió saludos con un cariño especial, y enhorabuena por el premio
Por eso necesitamos políticas de conciliación realmente adaptadas a nuestra sociedad: 32 semanas como tienen en los países nórdicos para dejar a un niño que ya come sólido, que gatea, que se sienta sin problemas y que es más autónomo que un bebé de unos pocos meses de vida
He leído muchos post tuyos… pero con este he llorado. Me he sentido tan identificada! Ya me gustaría haberte escuchado en mi incorporación al trabajo!
Enhorabuena y gracias
No has entendido el post, qué pena Leona. Y sí, no sólo conozco la campaña #yonorenuncio sino que hace tiempo que me uní ella con este post con el que se consiguieron varios miles de firmas más: https://www.luciamipediatra.com//yo-no-renuncio/
Me ha molestado mucho este artículo. Habla desde la empatía de haber pasado por lo mismo, pero la idea que transmite es “ajo y agua”, es lo que hay, la criatura se acostumbrará y tú ya te las apañarás con tu pena. Ni un paso hacia la conciliación.
España está muy retrasada socialmente, a pesar de gobiernos que se llenan la boca hablando de conciliación y de defensa de la familia. Y un rábano. En 16 semanas un bebé no está preparado para separarse de su madre, y no debería ser separado, y ésa es la cuestión.
Mientras no convirtamos nuestra pena y nuestra rabia en cambios sociales, no avanzaremos ni un paso, y la única solución será la pena o la renuncia, el sacrificio de la vida profesional o el estrés.
Me encuentro en mi tercer mes de baja y estoy intentando mentalizarme de que tendré que reincorporarme en breve, y me planteo si pedirme una excedencia. Tengo esa “suerte”. Y remarco la palabra porque no debería seruna suerte, ni una excepción. La baja debería durar mucho más, como en los países desarrollados que saben que la infancia es importante y que no defienden la familiasólo de boquilla.
#YoNoRenuncio es una iniciativa para pedir que la baja de maternidad se amplíe. Podéis encontrar información poniéndolo en google.
Ánimo pero para la lucha, no para sufrir con conformismo.
Enhorabuena por el post. A mi me queda un mes para incorporarme a trabajar, después de la baja, vacaciones y lactancia acumulada. No quiero ni pensarlo, soy tan feliz al lado de mi niño!
Gracias por tus palabras Lucía, las recordaré cuando llegue el momento. Mientras tanto, a no perder la esperanza de que puede haber y habrá un mundo mejor,en el que la conciliación real es posible.
En Canadá donde yo vivo la baja de maternidad es de hasta un año: 17 semanas pagadas y luego 35 con salario reducido. No conozco a nadie que se haya tomado menos de nueve meses, la mayoría todo el año como yo hice con mis dos bebés. Ojalá duera así en más sitios; yo nunca sentí esa pena de esa manera, pues al año ya no son tan pequeños. Toda mi admiración y ánimo a las mamás trabajadoras en España.
Cuánto más tendremos que sufrir para que una conciliación real sea posible? Este no es el futuro que quiero para mi hijo. Gracias por tu artículo. Con la letra también se lucha.
A mi mujer le pasó igual las dos veces, la verdad es que la situación en este país no es de las mejores en este punto y podría ser mejorada bastante. Unas palabras de amiga que seguro reconfortaron a tu paciente. Eres estupenda. Voy a verte, seguro que lo de hoy es genial. Besitos
Yo me acabo de incorporar cuando los peques tienen 7 meses y medio (gemelos, 2 semanas más de baja, más tiempo por lactancia, vacaciones) y estoy encantada con el momento porque me ha dado tiempo a que aprendan a comer purés de verdura y así no hay que introducir biberón ni sufren por hambre, después, conmigo, ya comen teta. Vamos, que a mi volver al trabajo por una parte me apetecía, pero si hubiera sido 3 meses antes lo hubiera sufrido, así, hemos podido prepararnos más, en todos los aspectos, todos.
Ánimo, si, se pasa, pero en el momento cuesta verlo.
Yo disfruté de las 16 semanas de baja y cuando volví a trabajar no era capaz de entender cómo otras personas pueden pasar tantas horas sin sus hijos. De hecho, a los pocos meses me cogí una reducción de jornada porque ver dos horas diarias a mi hija no me parecía suficiente. Sigo sin llevarlo bien del todo. Estar 24 horas con mi hija durante sus primero 4 meses de vida ha sido lo mejor que me ha pasado, y me da muchísima pena no volver a vivirlo. Pero bueno, al final aprendí a confiar en que la niña estaría bien también sin mí, como ha explicado Lucía. Deberíamos tener un año de baja para cuidar de nuestr@s hij@s.
Ojalá hubiera más pediatras Lucía!!!!q maravilla de post…a mu me queda casi dos meses todavía…pero es inevitable no pensar en ese momento tan temido!!!!muchas gracias por tus palabras Lucía!!!!!????
Gracias por este post. Yo me reincorpore este miércoles y mi bebe de 5 meses no come nada en toda la mañana. No quiere ver el biberón, prefiere el embase original ?
Su padre le intenta dar papilla de cereales y nada, solo consigue darle un poco de zumo a cucharadas. Y luego estan los chotos monumentales que monta.
Pero cuando yo llego todo esta perfecto.
Asi que esperaremos a que todo se encauce, me da mucha pena que lo pase mal la peque.
Preciosa entrada..
Aún me quedan unos meses.. Pero la idea ya ronda mi cabeza y empiezo a sentir como se encoge algo dentro de mi, solo de pensarlo..
Intentaré poner en practica tu consejo y disfrutar todo y mas.. Antes de que llegue lo inevitable..
Gracias, siempre tan oportuna.
Un saludo.
“LamamádeAlejandro”.
Exactamente es así como me siento. A menos de una semana para volver al trabajo, me angustia separarme de mi hija, que llore y no coma durante las 8 horas que yo no esté. Y peor serán las guardias. Me aterroriza pensar en estar 24 horas sin ella. Ella que tiene mamitis crónica y tetitis permanente. Yo también tomare tus palabras para consolarme un poco.
Tres meses después de incorporarme al trabajo y me has hecho asomar unas lagrimitas recordando ese mes previo al comienzo de lo inevitable y sobre todo ese primer día. En mi caso, ante la imposibilidad de pedir excedencia, hice todo lo habido y por haber para estirar mis tan preciados días de maternidad, lactancia y vacaciones, asi que pedí reducción de jornada, la cual me hace disfrutar más de mi bebé.
A las mamis que os queda un mes, aprovechadlo, como bien dice Lucía. Aunque sigue siendo doloroso… Y el momento va a llegar queramos o no… Pero la sonrisa de tu bebé al volver a casa… No tiene precio! Ese es mi consuelo! Y tengo la esperanza que algún día tengamos una baja de maternidad justa y respetable, al menos que no coincida la incorporación al trabajo con el inicio de la alimentación complementaria..
Gracias Lucía por emocionarme recordando mi maternidad.
Justo es un mes lo que me queda a mí para separarme de mi gordito que hoy cumple 4 meses, qué pena al leerlo, ya lo pasé hace 2 añitos con mi pequeña pero vuelve a repetirse y es horrible, por mucho que sepamos que va a estar bien es irremediable.
Vuelta a invadir el congelador de botes y botes de mi leche para que papá le haga el bibe, hoy el post me venía que ni pintado Lucia, gracias por estar ahí.