Niños, hoy, una lección de vida.
Cuando tenía 7 años, una tarde de primavera, jugando con todos mis vecinos en el patio de mi casa en mi Oviedo natal, uno de ellos, me pegó un puñetazo en la barriga. Me dio tan fuerte que me caí al suelo. No sé si me dolió más el golpe seco e inesperado, la caída sobre un charco de barro o las risas de sus amigos al comprobar que ninguna niña pequeña podía meterse con aquel grandullón.
Mis padres escucharon mi llanto desde la ventana e inmediatamente llamaron a José, mi hermano mayor, para que me subiera a casa.
- Pero ¿qué ha pasado? – preguntaron mis padres alarmados al verme con semejante disgusto.
- Pues que Lucía no paraba de meterse con Roberto y este se cansó y le pegó un puñetazo.
- ¿Y tú qué hiciste?
- Pues no hice nada, papá, es que Lucía se puso muy pesada y estaba dándole pellizcos sin parar.
En ese instante y mientras yo seguía llorando desconsolada en brazos de mi madre, mi padre le dijo algo a José que recordaré siempre:
- Mira José, Lucía es tu hermana, tu única hermana y tienes que defenderla SIEMPRE. ¿Me oyes? Siempre, aunque no tenga razón.
En aquel momento ni él con 10 años ni yo con 7 entendimos exactamente lo que mi padre quería decir.
Ayer, leyendo esta frase, me vino esta escena de mi infancia a la memoria.
“Los que te quieren de verdad toman partido y te defienden.
Intentan sacarte a flote, no importa si tienes razón o no.
Se preocupan por ti”. Walter Riso.
Y qué razón tiene. Desde que soy madre intento grabarles a fuego a mis hijos este mismo mensaje:
“Niños, os tenéis el uno al otro, sois hermanos y esto es un lazo que ya no se romperá nunca. Lo que os une va mucho más allá de lo que nadie os pueda explicar y debéis defenderos el uno al otro siempre. Pase lo que pase. Carlos, cariño, si alguna vez observas que alguien se está metiendo con Covi, tú has de salir en su defensa y alejarla de allí. Eres su hermano. Y tú Covi, cariño, te digo lo mismo, no permitas que nadie intente hacer daño a Carlos, ni siquiera permitas que nadie hable mal de él”
Son tantas veces las que se lo he repetido que no puedo evitar emocionarme cuando ahora, de forma espontanea y natural, veo a la pequeña Covi haciendo equipo con su hermano en alguna disputa de niños.
Porque yo siempre he dicho que en esta vida hay que mojarse, hay que luchar por lo que uno desea, por lo que uno cree. Hay que dar la cara por las personas a las que quieres. Has de permanecer siempre al lado de aquellos que cuidan o han cuidado de ti.
Porque de mi vida he eliminado a todos aquellos que están aquí de paso, que hoy están a tu lado y mañana están a tu espalda.
He borrado de un plumazo a todos aquellos que pasean por el mundo sin pena ni gloria, sin capacidad de compromiso ni de lucha.
Porque este es mi viaje y yo elijo quien quiero que me acompañe. Y lo que quiero son personas que luchan, que salen ahí fuera a pelear por lo que consideran que es justo, personas que dan la cara por ti sin miedo a las consecuencias, que se comprometen; que son generosas y sensibles, que no olvidan… Personas que escuchan y acompañan. Que si te tienen que decir algo que no te va a gustar te lo dicen desde el amor que sienten por ti y nunca desde la envidia, el rencor o el egoísmo.
Quiero personas que sumen en mi vida, jamás que resten. Que construyan, que unan, que creen cosas bonitas a mi alrededor y que crean en mí. Quiero personas que sepan dar segundas oportunidades, que tengan la capacidad de perdonar y de empezar de nuevo. Quiero personas sensibles, que no juzguen ni sentencien.
Y todo esto que quiero para mí, lo quiero para mis hijos. Así que vamos a empezar a mostrarles a nuestros niños esta manera de vivir la vida desde la compasión, la generosidad, la humildad, el perdón, el respeto, el compañerismo, la unión, el compromiso y el espíritu de lucha. Si nosotros lo logramos, les estaremos dando la lección más importante de sus vidas. Lección que, sin ninguna duda, contribuirá a dejarles un mundo mejor.
Dra. Lucía Galán Bertrand. Pediatra. www.luciamipediatra.com
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Etiqueta:inteligencia emocional
7 Comentarios
Los juzgados están llenos de padres y hermanos que defienden lo indefendible.. Una cosa es amar y acompaňar aunque te cueste mucho sufrimiento y otra defender lo indefendible… Ej: hermanos y padres de la terrible manada de Pamplona..violencias de género apoyadas subliminalmente por el entorno…en fin la vida tiene muchos prismas. Y no estoy del todo de acuerdo con este post
yo soy melliza y hicimos mi hermana y yo toda la escuela de egb juntas en la misma clase siempre….yo jugaba muy bien al fútbol siempre haciendo deporte pero algunos compañeros por eso me insultaban, y se metían conmigo y si no fuera por mi hermana que salía siempre a defenderme..eso sí yo por mi carácter en aquel entonces no decía nada pero que ninguno le pusiera la mano encima porque ahí explotaba y ya no me paraban….ella me defendía y si alguno le quería pegar yo era la que soltaba ….hasta hoy a empezado a trabajar en la empresa donde estoy yo hace ya 10 años y vamos estoy yo de protectora y consejera siempre….y así con todos mis 3 hermanos pase lo que pase siempre estaré a su lado
Ay Lucía eso le digo yo a los míos, de momento no parece que haya calado en sus cabecitas pero espero que a fuerza de repetirlo al final les haga mella. Me es insoportable ver cómo niños tan pequeños intentan malmeter entre los hermanos para romper esa fuerza que tienen juntos, uff no puedo! Me hierve la sangre!
Hola Lucía,
Creo que casi fue la razón principal para querer tener más de un hijo.
Yo he sentido de niña (y de mayor) esa unión, esa fuerza, de sentirte respaldada y en mi caso la satisfacción de poder hacerlo y la necesidad de defender a los míos; y quería eso para mis hijos.
Soy la única niña entre dos niños y desde pequeña por defender a los dos me he enfrentado a quien hiciera falta.
Soy más bien menudita, nada conflictiva y bastante diplomática en mis actos pero era ver que atacaban a mis hermanos y salir a defenderlos, hiciese o no hiciese falta y sin preguntar quien llevaba razón, puro instinto….sin medir consecuencias (algunos me sacaban bastantes cabezas…jj)
Entiendo y comparto lo que escribes, no concibo no luchar por lo que crees, en la faceta personal y laboral; soy de defender a mi gente, también en ambos ámbitos y me gusta rodearme de personas positivas y luchadoras.
Inculcarlo ahora a mis hijos desde chiquitines es mi tarea en el presente y será mi tranquilidad en el futuro.
Así es, y estos mismos lazos son los que debemos fortalecer con nuestros hijos, ellos con nosotros también, con las personas que cuidan de ellos, con sus amigos incondicionales que les demuestran que allí están… poner el foco en la generosidad, el agradecimiento, el acompañamiento y la sensibilidad y luchar siempre por estas personas que iluminan nuestros días y las de nuestros hijos. Un abrazo.
Hola Asun,
el amor, la comprensión, está unión familiar de la que habla Lucia también existe con el resto de niños de la familia, los primos.
Nuestro trabajo es que crezcan queriendose para que en el momento que necesiten apoyo estén dispuestos a ayudar y ser ayudados.
ánimos, Asun
Y qué hacer cuando el niño está solo? Independientemente de si tiene hermanos no presentes o simplemente no tiene, ¿como le haces gestionar a tu hijo la frustración de un golpe, de una humillación, de un bajón de autoestima?. Me preocupa enormemente, principalmente porque yo no lo sé gestionar y es difícil enseñar algo de lo que no tienes conocimiento.