Y como cada semana, de camino en el tren de vuelta a casa y aprovechando que estoy en el vagón del silencio, vamos a hacer un resumen de lo que hoy hablamos en Saber Vivir (TVE 1).

Si quieres que te lo cuente de viva voz, aquí tienes el programa donde puedes escuchar la sección de alimentación infantil.

Abríamos el programa con una noticia verdaderamente preocupante: Según un reciente estudio publicado por la OMS el número de niños obesos en el mundo se ha multiplicado por diez en los últimos 40 años. Cuando leemos este tipo de informaciones, más aún si vienen de fuentes contrastadas y avaladas como es este caso, todos nos echamos las manos a la cabeza. Sin embargo los profesionales sanitarios llevamos años advirtiendo del rápido y progresivo incremento en las tasas de sobrepeso y obesidad entre nuestros niños. De hecho, España es uno de los países que se sitúan a la cabeza de obesidad infantil de toda Europa. Según el estudio ALADINO prácticamente uno de cada cuatro niños españoles tiene sobrepeso/obesidad.  

La Boticaria García y servidora en el taller, dando unos retoques de chapa y pintura, como ella dice, antes de salir a plató.

¿Qué estamos haciendo mal? Porque es evidente que no estamos haciendo las cosas como corresponde y que no podemos echar toda la culpa a los videojuegos y a los bollos de chocolate. El problema es mucho mayor y mucho más complejo.

Es momento de sumar fuerzas y remar todos a una:

  • Gobierno con políticas claras y contundentes que ayuden a bajar estas cifras.
  • Compromiso por parte de la industria alimentaria que en ocasiones tanta confusión genera en las familias con mensajes y anuncios engañosos faltando a la verdad sin que podamos hacer nada mientras nuestros hijos ven esos anuncios una y otra vez en la televisión, cada día y cada noche.
  • Información clara y veraz a los padres por parte de los profesionales sanitarios (pediatras, médicos de cabecera, enfermeros, nutricionistas…) en cada una de las visitas, hablando de forma directa y activa de la alimentación y del ejercicio físico, derribando mitos, ayudando y resolviendo dudas.
  • Colaborar y trabajar en las escuelas, dentro de los colegios, con medidas que remen en la misma dirección que el resto de directrices. ¿Por qué se permite aun que los niños lleven a almorzar zumos, galletas, batidos, chuches y dulces de todo tipo? Esta es una pregunta que siempre me he hecho. Si todos los niños llevasen su bocadillo y su pieza de fruta junto con su botellín de agua, ya estaríamos dando un paso de gigante en esta guerra.
  • Limitar todo lo que seamos capaces el consumo de refrescos, zumos y bebidas excitantes entre los más jóvenes.
  • Informar a las familias desde el mismo momento en el que entran por nuestra puerta de la consulta con su bebé en brazos de lo que son hábitos de vida saludables. Advertirles de las consecuencias que podrían acarrear alejarse de este tipo de recomendaciones condicionando la salud futura de nuestros hijos con enfermedades cardiovasculares, diabetes méllitus, cáncer y un largo etc de patologías sin contar con el daño psicológico y psiquiátrico que sufren estos niños por culpa de sus kilos de más: depresión, ansiedad, anorexia, bulimia, bullying o suicidio.

¿Es o no e un problema en el que todos debemos poner nuestro granito de arena? 

 

  • ¿Qué pasa si mi hijo no quiere desayunar? La hora del desayuno se convierte en una batalla campal diaria.- comentaban en plató.
  1. No todos los niños tienen el mismo apetito al levantarse. Debemos respetarlo. A nadie le gusta desayunar sometido a presión, gritos, enfados y prisas, a los niños tampoco. Tómate tú tiempo para preparar el desayuno y da ejemplo. Siéntate a la mesa con todos y disfruta. ¿Que solo toma un vaso de leche? Vale, tenemos el almuerzo para completar el desayuno. Tened en cuenta que el desayuno engloba: el de primera hora de la mañana y el almuerzo. Si por la mañana toma el lácteo, no le pongas un tetrabrick de leche al almuerzo, ponle un bocadillo o fruta, por ejemplo. Los niños beben agua. Huye de los zumos envasados, batidos y bebidas azucaradas, nutricionalmente son muy pobres y tienen unas altas concentraciones de azúcar que no solo aumentan el riesgo de sobrepeso sino que triplican las posibilidades de caries dental y en niños mal comedores, les quitan el apetito durante horas.
  2. No le gusta la leche: pues prueba con yogur con frutas naturales, queso fresco o incluso en los niños mayores de 4-5 años, almendras. Las almendras tienen altas concentraciones en calcio. Un puñadito de almendras equivale a un buen vaso de leche.
  3. Corta piezas de fruta fresca todas las mañanas, te llevará tres minutos hacerlo y con el tiempo si tu comes ellos terminarán picando: uvas, mandarina, plátano, fresas, piña… lo que te apetezca. Ya sabéis que durante años mis hijos se comían la fruta a trocitos siempre y cuando les pusiera unos palillos en la mesa. Con la tontería de pinchar ellos solitos, el plato terminaba reluciente. Ahora que son más mayores los fines de semana hacemos brochetas de fruta multicolor. ¡Triunfan! Recuerda que la fruta siempre es mejor tomarla en trozos (más fibra, más propiedades, menos aporte calórico, en definitiva, más saludable) que en zumo, aunque estos sean naturales. Dale la fruta entera. La Academia Americana de pediatría no recomienda el zumo de fruta aunque sea natural en niños menores de un año, os dejo esta lectura si queréis ampliar información.
  4. Huye de los cereales del desayuno, tienen unas altas concentraciones en azúcar y muchos de ellos son ricos en grasas trans (grasas perjudiciales que incrementan el riesgo cardiovascular y metabólico). Tampoco compres galletas ni bollería industrial. El motivo es el mismo. ¿Y entonces qué le doy? ¿Qué te parecen unas tostadas de pan? Si es integral mejor. Si es con aceite de oliva y con tomate natural, mejor aún. Y ahora sé sincero ¿Qué tardamos en poner el pan en la tostadora? El tiempo en el que sale el café.
  5. “Si papá y mamá desayunan esto, yo también”.- es de cajón pero debemos repetirlo: DA EJEMPLO. 
  • ¿Es bueno que los niños tomen alimentos integrales? 

No solamente es que sea bueno es que es lo recomendable. El pan, el arroz, la pasta y todo el cereal que podamos consumir si es integral mejor ¿Y eso por qué? me preguntaron hoy. Pues porque en el proceso de refinado del cereal para convertirlo en pan blanco, arroz blanco o cereal blanco, se pierde el salvado (la cáscara, rica en fibra) y el germen (rica en vitamina E, vitamina B, ácido fólico, fósforo, zinc y magnesio), es decir, el valor nutricional del cereal blanco es claramente inferior al integral. Además el consumo habitual de cereales integrales mejora la salud cardiovascular, previene de determinados tipos de cáncer y mejora la salud intestinal entre otras importantes ventajas.

Aclaremos que los productos en los que leáis en la etiqueta “alto contenido en fibra” no quiere decir que sea integral. Tampoco si el pan o la pasta la veis llena de semillitas o de color marrón; esto no dejan de ser trucos para simular que el producto sea integral sin serlo. No perdamos el norte que ya os estoy viendo ahora mismo a muchos tirar todo lo que tenéis en la despensa y hacer una nueva compra con todo integral. Tranquilidad. Sobre todo si tus hijos son más mayores. Haz el cambio gradual, para que se vayan acostumbrando y prueba, DES-PA-CI-TO (suave, suavecito…)

  • “Si me salgo de la tortilla francesa, el filetito y el pollo ya no sé qué hacerles para cenar”.– comentó un padre. En cuanto le escuché, pensé inmediatamente: “Me alegro que me haga esta pregunta” jeje.  Este padre sin saberlo está dándole a su hijo un exceso de proteína olvidando alimentos tan completos y necesarios como son las verduras, las legumbres y los cereales. Es aquí cuando explicamos lo que es y representa el Plato de Harvard. Plato que ha de desterrar para siempre a la pirámide de alimentos. 

De cada comida que preparemos debemos tener en cuenta que la mitad del plato, es decir, la mitad de la ración de lo que pongamos ha de ser verdura y fruta. Un cuarto ha de ser proteína (huevo, legumbres, pescado, carne) y otro cuarto hidrato de carbono que si es en forma de cereal integral mejor (arroz, pasta, pan…). Es decir, que en lugar de ponerle un filete entero, lo ideal sería ponerle un tercio de ese filete (proteína), un par de cucharadas de arroz o de pasta (cereal) por ejemplo y la otra mitad del plato ha de ser verdura y fruta. Y en cuanto nos acostumbremos a identificar los 3 grandes grupos de alimentos y respetar las proporciones, lo tenemos chupado. Para beber: agua. Y como fuente de grasas: aceite de oliva, nueces o aguacate.

Respecto a la proteína animal: más pescado que carne, más carne de ave que roja. Y limitar el consumo de carnes procesadas (embutidos, bacon, salchichas…). Respecto al pescado, ofrécele blanco y azul, ve cambiando, teniendo en cuenta que en los menores de 3 años, en mujeres embarazadas y en madres que estén dando el pecho, no deben tomar atún rojo, emperador y tiburón por tener altas concentraciones de mercurio. 

No es tan difícil, ¿verdad?

Por último ten en cuenta que la comida no solamente consiste en alimentar a los niños, también es un momento de disfrute, de relajación, de compartir ese ratito alrededor de la mesa. La comida jamás ha de servir como premio o como castigo, nunca se debe usar como moneda de cambio. Esto es una carrera de fondo, más que una carrera, es un largo paseo que durará toda la vida: paciencia, constancia, perseverancia y que fluya la buena energía. Si el niño se siente atacado, forzado, acosado bajo un padre o una madre agobiados, angustiados, frustrados o enfadados, difícilmente conseguiremos nuestro objetivo. Ponle raciones pequeñas, apetecibles, que le entren por los ojos, relájate, varía los menús, sé original, intenta estar relajado en ese momento, no centres la atención en la comida y sí en la conversación y … disfruta.

¿Qué me decís? Lo intentamos? 

Aquí tienes el programa donde puedes escuchar la sección de alimentación infantil 

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