Cualquier decisión tomada por una madre desde el conocimiento y la madurez merece el más absoluto respeto. Cada madre es libre de elegir el tipo de alimentación que quiere dar a su hijo, y está bien si escoges lactancia materna o si eliges biberón.
El bienestar de tu bebé y de tu familia pasa porque todo funcione, si mamá está bien, todo irá bien. Para que sea así, debes sentirte libre como madre y como persona, para tomar tus propias decisiones.
Los profesionales no estamos para criticar o juzgar las decisiones ajenas, sino para ayudar y dar información cuando las familias lo necesitan. Por lo que, si decides optar por biberón, a continuación te dejo alguna de las preguntas más hechas en consulta.
¿Cómo se prepara un biberón?
- Lávate las manos: Las manos son el vehículo de transmisión de la mayoría de las enfermedades contagiosas.
- ¿Qué agua utilizar?: Durante los primeros meses se recomienda utilizar agua embotellada de mineralización débil, ya que dependiendo de la zona, hay aguas del grifo con concentraciones elevadas de minerales.
- ¿Cómo caliento el agua si no la hiervo?: Al baño maría, bajo el grifo de agua caliente o en el microondas. Remueve el agua y prueba siempre antes de ofrecer el biberón al bebé. Su temperatura debe rondar los 36 grados, puedes echar unas gotitas sobre tu muñeca para comprobar que el agua del biberón está tibia.
- ¿Cuánta leche se pone?: Deben seguirse las recomendaciones exactas, se añade un cacito raso por cada 30 ml de agua, sin apretar ni prensar el polvo, tras llenar el cacito se retira el polvo sobrante con un cuchillo.
- ¿Puedo guardar la leche sobrante?: No se debe guardar ya que aumenta la probabilidad de que se contamine.
- ¿Cuánta leche tiene que tomar?: Cada niño es un mundo, el mismo os dará pistas sobre las cantidades de leche que necesita. Si gana peso de manera adecuada, es una señal de que come lo suficiente. Si acorta las tomas o parece quedarse con hambre succionando del biberón aunque ya esté vacío, aumenta la toma en 30 ml de agua y un cacito de polvo más.
- ¿Qué tetina utilizo?: Empieza por las tetinas de recién nacido. A medida que el bebé gane peso, notaréis que hace más esfuerzo para succionar o que las tomas comienzan a ser más largas, es el momento de cambiar de tetina para que salga más cantidad de leche.
- ¿Cómo se limpian los biberones?: Con agua y jabón. Para secarlos basta con ponerlos sobre un papel de cocina secante.
- ¿Hay que esterilizar los biberones, tetinas y chupetes?: En un medio con buenas medidas de higiene no es necesario, aunque si queréis hacerlo para quedaros más tranquilos, con una vez al día cada 2-3 días es suficiente. Más que esterilizar, es importante lavarse las manos antes de manipular cualquier alimento, incluida la leche.
Hasta pronto.
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Lucía Galán Bertrand. Pediatra y escritora