En breve estaremos en época de bronquiolitis y madres y padres acuden preocupados tanto al Servicio de Urgencias como a la consulta por “si los mocos le han bajado al pecho”.

Todos conocemos en nuestro entorno a algún vecino, sobrino o hijo de algún amigo que ha tenido una bronquiolitis, o que incluso, haya tenido que ingresar en el hospital durante varios días. Pues bien… hoy he decidido contestar a las preguntas me hacéis cuando vuestro hijo está con una catarro y teméis que desemboque en la tan temida bronquiolitis.

Además en la situación en la que estamos ahora, todo se complica aún más.

¿Hay manera de diferenciar una bronquiolitis de la covid19?

Pues mucho me temo que en principio, no. Por lo que ante síntomas compatibles con bronquiolitis, en el contexto actual, nos vemos obligados a descartar el coronavirus (sars-CoV-2).

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¿Qué es la bronquiolitis?

Es una infección VÍRICA en niños menores de 24 meses producida por diferentes virus (Virus respiratorio sincitial, Rinovirus, Adenovirus, Metapneumovirus, Influenza, Parainfluenza y Bocavirus entre otros)

En los adultos no deja de ser un resfriado común sin mayor repercusión, pero en los niños pequeños, el virus no se aloja únicamente en nariz y garganta; sino que baja hasta los bronquios provocando una inflamación y obstrucción de los mismos con el consiguiente cuadro de tos y dificultad respiratoria.

Las paredes del bronquio se inflaman, se llenan de moco y no se consigue hacer un adecuado intercambio gaseoso por lo que algunos niños, precisarán de oxígeno para recuperarse.

¿A quién afecta fundamentalmente?

A los niños menores de 2 años con un pico máximo entre los 2 y los 6 meses. Es especialmente peligroso en los menores de seis meses, en niños prematuros, con inmunodeficiencia, con enfermedad pulmonar crónica, o con cardiopatía congénita. Otros factores de riesgo son: asistencia a guardería, tener hermanos mayores, sexo masculino, tabaquismo pasivo y exposición al tabaco durante la gestación.

¿Se trata con antibióticos?

No. Al tratarse de un virus, NO se trata con antibióticos. ¿Recordáis el artículo de los mocos y qué hacer con ellos? Si no lo habéis leído y sois de las que acuden a la consulta con el… “dame algo para los mocos, por favor”, no os perdáis el siguiente enlace, más de una se sentirá identificada y sonreirá. Pincha aquí

Si mi hijo lleva varios días acatarrado

¿Cómo sé que está empezando con una bronquiolitis?

Cuando veo a un lactante pequeño con un cuadro catarral en pleno invierno y con la epidemia de las bronquiolitis encima, siempre les digo lo siguiente.

                          Vigila los signos de alarma:

  • Respiración agitada. Si respira como un perrito, les suelo decir. ¡Ojo!
  • Quítale la ropa y obsérvalo con el pecho descubierto: Respirar hundiendo las costillas y levantando el abdomen es un claro signo de dificultad respiratoria. Los pulmones no son capaces de hacer por ellos mismos el trabajo y se ayudan de toda la musculatura abdominal e intercostal para llenar y vaciar los pulmones.
  • Si el niño está muy decaído, apático, pálido y sudoroso.
  • Si rechaza las tomas, es decir, si come menos de la mitad de lo que solía comer.
  • Si tiene accesos de tos continuos, que le impiden el descanso o le provocan el vómito.

Atención especial merecen los lactantes menores de 2 meses, sobre todo aquellos que no han cumplido el mes de vida. Estos niños empiezan con síntomas leves de catarro de vías altas (un poco de moco y algún estornudo) y directamente, si el catarro evoluciona a una bronquiolitis, pueden comenzar a hacer apneas (pausas respiratorias) sin apenas toser. A estas edades es preciso ingresarles para su monitorización y vigilancia estrecha.

Si ha tenido una bronquiolitis, ¿eso significa que será asmático?

No. Aunque en torno al 50 %, de los niños que han tenido una bronquiolitis, tendrán episodios de sibilancias (pitos) recurrentes en los meses/años posteriores. Digamos que en la mitad de esos niños, en próximos catarros, tendremos que estar atentos por si empiezan de nuevo con tos, sibilancias o dificultad respiratoria.

“Está acatarrado, pero… ¿puedo hacer algo para evitar que le baje al pecho y haga una bronquiolitis?

Los mocos ni suben ni bajan.

La mucosa se inflama y secundariamente a la inflamación se genera moco y esto ocurre en nariz, en garganta o en bronquios. Desgraciadamente no podemos dar nada para evitar que un catarro termine en una bronquiolitis. Poca cosa más que lavados nasales si hay mucha congestión y asegurar que esté bien hidratado. Ojalá hubiese alguna medicación que evitara complicaciones. Por eso es tan importante conocer los signos de alarma para acudir al pediatra si observáis alguno de ellos.

¿Cómo puedo diferenciar una bronquiolitis, bronquitis, laringitis o catarro?

Pues en este vídeo os lo explicaba.

¿Cuál es la medida más eficaz para prevenir bronquiolitis?

Si tienes un bebé menor de 6 meses y algún miembro de la familia está acatarrado, estornudando o tosiendo; no lo acerques a él.

Recuerda que en los adultos estos virus se comportan como un resfriado común, pero al lactante le puede jugar una mala pasada.

Y por supuesto, evita el contacto con el humo del tabaco. La exposición al humo del tabaco empeora la evolución no solo de la bronquilitis sino de todos los niños con bronquitis de repetición incluidos los asmáticos. 

De todos modos, la medida más eficaz para la prevención es: el lavado de manos frecuentes. Nuestras manos son la vía de transmisión de la inmensa mayoría de las infecciones. Es por ello que hace mucho tiempo que desistí de tener unas manos bonitas. Lavarme las manos tras cada niño que veo, me lo impide. Gajes del oficio.

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