Llega el momento en el que debemos retomar muchas de las rutinas en casa y una de ellas es disminuir el tiempo que nuestros hijos/as pasan delante de una pantalla. 

Hace unos años pillé a mi hijo decirle a su hermana: “Qué ganas de que sean vacaciones para poder jugar más tiempo a la Play”… ¿Véis? nos pasa a todos. 

En vacaciones el tiempo libre aumenta, es por ello que muchos niños pasarán más horas en contacto con las pantallas que durante el resto del año. Es normal que durante el verano hayamos sido un poco más permisivos, sin embargo, sabemos que la vuelta a las rutinas saludables es la mejor forma de afrontar este nuevo año escolar, ¿verdad que sí? 

Lo primero que tenemos que saber sobre las pantallas, como ya os comento en El Gran Libro, es que la OMS recomienda no exponer a pantallas (televisión, tabletas, móviles…) a los niños menores de 2 años, entre los 2 y los 5 años no exponerlos más de una hora al día y entre los 5 y los 17 años no más de dos horas al día, todo esto sin hacer excepciones, incluso si es fin de semana.

¿Por qué? Porque al exponer a nuestros hijos/as a las pantallas estamos incentivando el sedentarismo, desórdenes de sueño, el empobrecimiento de las relaciones sociales y personales, dificultad de aprendizaje, peores resultados académicos y, además, los peques con mucha exposición a pantallas tienen menor estimulación cognitiva.

¿Encontramos beneficios en el uso de pantallas en los niños tan pequeños?

Los niños pequeños, en sus primeros años de vida no necesitan ese tipo de estímulos sensoriales, auditivos, visuales en los que el ritmo acelerado de las imágenes y los sonidos nunca se corresponde con la realidad. 

Durante los primeros años los niños lo que necesitan es establecer un sólido y nutritivo vínculo afectivo con sus padres y cuidadores. Es la madre/padre el que representa la llave que conecta el mundo real con su propia realidad.

Y ahora me preguntaréis: “pero Lucía, cómo puedo establecer esos límites con relación a las pantallas si creo que desde el principio no lo he hecho del todo bien?” A lo que yo os respondo: ¡es totalmente posible hacer un pacto con nuestros hijos/as porque somos totalmente capaces de cambiar estos hábitos, ¿lo intentamos?

Aquí os dejo algunas recomendaciones:

  • Explícale a tu hijo por qué vas a limitar el uso.
  • Deja que elija el momento en el que va a jugar, previo acuerdo contigo. 
  • Primero son las tareas y obligaciones; luego, el juego. 
  • Da ejemplo. Si en momentos de descanso familiar te dice: «Deja ya el móvil», hazle caso. Aparta el móvil de la vista, saca un juego de mesa, abre el cajón de los juguetes, elige el cuento que más le guste o coge la pelota de fútbol, pero juega con él.

¿Y si no son tan peques? ¿Qué pasa con los adolescentes?

Pues con ellos debemos tener 3 normas claras:

  • La televisión estará en el salón o en la salita, nunca en su habitación. El ordenador, a ser posible, tampoco.
  • Mientras se estudia, se come y se duerme, las pantallas estarán apagadas.
  • El tiempo para el móvil o la videoconsola es limitado, y siempre tras hacer los deberes y obligaciones. Las horas de juego se pactan. 

 ¡Necesitamos vivir en vivo y en directo! ¡Los niños y nosotros! Pantallas, sí, están con nosotros, pero recuerda limitar su uso, sobre todo cuando estés con tus hijos/as. 

Si necesitáis más información sobre uso de pantallas, nuevas tecnologías y redes sociales, recordad que lo tenéis todo en El Gran Libro de Lucía, mi pediatra, un manual súper completo de pediatría que reúne conocimientos profesionales y experiencias personales como madre.

¿Y ahora? Apaga el móvil, levanta la vista y piensa si te has perdido algo mientras leías este post.

¡Hasta la próxima! 

Lucía Galán Bertrand | Pediatra y Escritora

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