Como cada jueves aquí me tenéis con la crónica del día de hoy en Saber Vivir. Hoy el tema ha dado mucho de sí. Sí, una vez más hubiese estado hablando infinito sobre algo que sin ser nada urgente, ni grave genera muchas preguntas, dudas y mitos entre los padres: los dientes.

Os dejo aquí el vídeo para los impacientes… A partir del minuto 8:10 tenéis mi intervención. Que, por cierto, lo acabo de ver y no entiendo cómo le quité a mi querido Luis la pasta de dientes así con ese garbo, jajaja. La cara que se le quedó fue un poema, pobrecito mío. Creo que ha sido fruto de los nervios del directo o quizá que el día anterior había visto El Señor de os Anillos y encontré en ese tubo de pasta a “ mi tesooooro”.

 

¿Cuántos dientes tienen los niños?

Así como los adultos tenemos 32 piezas dentales, la primera dentición de los niños (los dientes de leche) la formarán 20 piezas dentales. El primer diente suele salir en torno a los 6 meses, pero ten en cuenta que hasta los 18 meses podría ser normal. Por lo que, si tú hijo tiene 15 meses y aún no tienen ningún diente, tranquilo, que no cunda el pánico.

En el momento en el que sale su primer diente, empezarán a salir todos los demás hasta los 3 años. Ten presente que si le salen más tarde muy probablemente también le caerán más tarde.

Inicialmente salen los incisivos centrales inferiores, posteriormente los superiores, a continuación saldrán los incisivos laterales abajo y arriba y verás que en tan solo unas semanas desde la salida del primer diente, tu bebé ya tiene cuatro y cuatro dientes. Ya en torno a los 13-19 meses saldrán los primeros molares abajo y arriba y a continuación los caninos.

Y aquí es cuando muchos padres se preocupan al observar espantados que a su hijo le han salido los colmillos antes que ningún otro y que, más que un bebé, parece el hijo de Drácula. Tranquilos, es cierto que los colmillos salen tras todo lo demás, pero si en tu caso salen los primeros no pasa nada.

El orden de la dentición también es bastante variable, no sufras.

¿Fiebre por los dientes? Momento de levantar la ceja…

“Está con fiebre, ¿Serán los dientes?”

Dejemos claro que, en la época de la dentición, de los 6 meses en adelante, es bastante frecuente que cojan algún tipo de infección, la mayor parte de las veces, víricas. Uno de los primeros síntomas de las infecciones, como sabéis, es la fiebre.

Los dientes no producen fiebre.

Si vuestro hijo tiene temperaturas persistentemente superiores a 38ºC no debemos escudarnos en los dientes, debemos buscar otro origen.

Mira, mira cuanta baba,

¡Eso es que le están saliendo los dientes!”

La saliva da mucho juego, sí, sin duda. El babeo es un proceso independiente de la dentición, sin ninguna relación pero con un desarrollo paralelo. La saliva aparece en el recién nacido como consecuencia de la actividad de la glándula sublingual, pero es de poca cantidad. No es hasta el 4º mes, cuando empieza a funcionar la glándula parótida, situada a ambos lados de la cara y al ser la de mayor tamaño produce gran cantidad de saliva. Saliva que es evidente en los niños a esta edad y que hasta entonces no fabricaban.

Además a los 4 meses el reflejo de la deglución es bastante inmadur0 y no se realiza de una manera eficaz por lo que esto contribuye a que el exceso de saliva en la boca, no sea tragado frecuentemente y algunos niños babeen.

Ocasionalmente y en esta época, aparece precozmente algún diente, no es lo habitual y no guarda relación con la salivación. En ese caso, sintiéndolo mucho, tendréis que escuchar el típico comentario de la abuela: “Si ya lo decía yo que era la boca”

Por todo ello, deja que tu hijo se chupe los puños, los pies y ponle un babero si babeea mucho. Utiliza el chupete, les relaja. Ten un poco de paciencia en esas noches que atribuyes a los dientes, porque es muy probable que no sean sus dientes, si no cólicos, hambre, calor o simplemente ganas de que le cojas y le “achuches” y… si te preocupa mucho, consulta con tu pediatra.

¿Usamos chupete?

¿No usamos chupete?

En inglés chupete, se dice “pacifier” es decir, pacificador. Sí, podemos usarlo desde que la lactancia materna está completamente establecida, en torno a las 2-3 semanas de vida hasta los 18-24 meses.

Les consuela, les relaja y además previene el sd. Muerte súbita del lactante. Eso sí, debemos insistir a las familias que a los 18-24 meses máximo, debemos retirarlo para que no interfiera en la mordida ni deforme la dentición o paladar.

Si no tiene dientes aun ¿puede masticar? ¿Le puedo dar pan?

Los recién nacidos están preparados para deglutir líquido desde el mismo instante en el que nacen, sin embargo, el reflejo de extrusión les impide tragar o masticar alimentos más sólidos hasta los 5 meses o más. Al mismo tiempo que su cerebro va madurando y son capaces de sujetar la cabeza, comenzarán a mantenerse erguidos sentados y serán capaces de reírse a carcajadas al alcanzar los 7-9 meses ya estarán preparados para masticar, algunos antes.

Los movimientos masticadores reflejos aparecen entre el séptimo y el noveno mes de vida. Debemos ayudarles en ese proceso y ofrecerles trocitos blandos y observar cómo se manejan. ¡Con dientes o sin ellos, si les enseñamos, aprenderán!

Mastican con las encías, saborean con la lengua y en el caso de mis hijos, hasta ponen los ojos en blanco del gustito que les daba probar el pan con un chorrito de aceite de oliva. Pan de barra y si es integral, mejor.  ¡Así que pierde el miedo! No pretendas darle triturados hasta que sea capaz de pedirte un bocata en 3 idiomas. Siéntate a su lado, ofrécele trocitos y obsérvalo

Y los dientes ¿cuándo empiezo a limpiárselos?

Desde que le sale el primer diente podéis empezar a limpiárselo con una gasita o un cepillo de cerdas blandas dos veces al día. Sin agobiarse y sin que ello suponga una batalla campal. Lo verdaderamente importante es empezar a crear el hábito.

Debéis comprar un cepillito infantil, de cerdas suaves y cabezal pequeño para que en cuanto puedan empiecen a cepillarles los dientes después de las comidas. Por un lado retiramos restos de comida, por otro empezamos a generar el hábito al niño y lo más importante: prevenimos la aparición de caries.

Aprovecha esta edad en la que los niños son grandes imitadores, entra con él al baño y tómatelo como un juego:“Primero papá y luego tú” e intenta hacer tú el “repasito final” que les solía decir yo a mis hijos. El primer minuto que lo hagan ellos, y el minuto final, tú.

¿Cuándo empezamos con la pasta de dientes?

El cepillado de dientes con flúor es la medida preventiva más eficaz para prevenir la caries dental. 

Las nuevas recomendaciones nos dicen que debemos empezar con la pasta de dientes con flúor desde el primer diente dos veces al día, por la mañana y antes de acostarse.

¿Qué tipo de pasta? 

Las concentraciones de flúor deben estar adaptadas a la edad del niños. Aquí os dejo las últimas actualizaciones de la Asociación Española de Odontología Pediátrica.

  1. En menores de 3 años, con una pasta de 1000 ppm (partes por millón) de flúor “raspada” sobre el cepillo (tamaño de un grano de arroz)
  2. Entre 3 y los 6 años, pasta de 1000 ppm. Tamaño de un guisante.
  3. Por encima de 6 años, dos veces al día con una pasta de dientes con 1450 ppm de flúor y la cantidad de un guisante.

Junto al cepillado, es fundamental insistir en evitar zumos aunque sean naturales en niños menores de dos años, mucho menos envasados.

Los zumos industriales, refrescos y bebidas azucaradas multiplican por tres el riesgo de caries además de favorecer la obesidad infantil el sobrepeso y el aumento de factores de riesgo para desarrollar diabetes méllitus o HTA en la vida adulta.

Así que parece que ya lo tenemos todo claro ¿no? Un última cosa, por si no has visto el video:

Olvídate de collares de ámbar y demás “inventos”. No hay ninguna evidencia científica que estos collares alivien nada y sí la hay de su peligrosidad: asfixia, atragantamientos y estrangulamientos.

Nada de collares, pulseras, ni anillos en los bebés. Nada de falsas creencias ni remedios milagrosos. Fuera bulos y productos milagro. Y si tienes dudas, consulta con tu pediatra que te mostrará siempre la evidencia científica de la que disponemos.

¡Muchas gracias a todos y seguimos!

Si quieres conocer todo lo referente a la salud de tu hijo desde el nacimiento hasta la adolescencia en el manual más completo y actualizado, no te pierdas El gran libro de Lucía mi pediatra, ahora con descuento. Porque ojalá vinieran con un libro de instrucciones nuestros hijos… ojalá. A falta de ello, al menos que sepamos qué les ocurre, cuándo debemos consultar con nuestro pediatra y cuándo podemos estar en casa tranquilamente con la confianza de saber qué les está ocurriendo. 

Hasta la próxima.

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