Cada mañana los pediatras vemos 20 pacientes, incluso más y en todas y cada una de las revisiones de salud, los dientes siempre generan una o varias preguntas. ¿Desde cuándo han de limpiarse? ¿Con agua, con pasta? ¿Son tan frecuentes las caries? ¿Qué hay de cierto en no enjuagar con agua? ¿Tipos de pasta?

Pues vamos a ello. De entrada aquí os dejo mi intervención en Saber Vivir donde pudimos repasar los aspectos más importantes de los dientes en los niños.

El 60%-90% de los niños en edad escolar presentan caries. Existen diversas creencias en torno a la dentición de los más pequeños que debemos desterrar.

  • Las caries en los dientes de leche no tiene importancia porque esos dientes no son definitivos y se caerán. FALSO. Toda caries ha de ser tratada y valorada por un odontopediatra. De lo contrario la lesión puede avanzar y afectar a la dentición definitiva y al tejido circundante que rodea al diente.
  • Hasta los dos años no se puede usar pasta de dientes. FALSO. De hecho lo recomendado es empezar con pastas con flúor desde la primera pieza dental

¿Qué tipo de pasta de dientes?

  • Desde la salida del primer diente hasta los 3 años: pasta de dientes con 1000 ppm de flúor en las pastas de dientes. (¿Cantidad? El equivalente a un granito de arroz o una raspadita sobre el cepillo)
  • Entre los 3 años y los 6 años: pastas con 1000 ppm de flúor (La medida de un guisante)
  • Mayores de 5-6 años: Pastas con 1450 ppm de flúor. (la medida de un guisante)

Aquí os dejo el Protocolo de la Asociación Española de Odontopediatría para que lo consultéis.

Es importante que sepáis que hay muchos dentífricos que en su etiquetado no están actualizados, por lo que no nos debemos guiar por la edad que ponen sino única y exclusivamente por las partes por millón de flúor (ppm de flúor). Si encontráis pastas con menos de 1000 ppm de flúor, son insuficientes, no previenen las caries y no las deberíamos de usar. Si tiene menos de  años, 1000 ppm de flúor y si tiene más de 6 años, 1450 ppm.

 

¿Sabías que la última evidencia científica disponible nos dice que lo ideal tanto en niños como en adultos sería no enjuagar la boca con agua, simplemente escupir sin más y que la pequeña cantidad de pasta que aplicamos en el cepillo se quedara sobre las piezas dentales?

Así que empecemos por cambiar  nuestros hábitos: cepillo seco, pequeña cantidad de flúor, cepillado durante al menos dos minutos y escupitajo (los que sean necesarios).

¿Y si se traga la pasta?

No pasa nada. Con la pequeña cantidad de flúor (grano de arroz) que ponemos el riesgo de fluorosis es prácticamente inexistente.

¿Cuáles son las medidas preventivas más eficaces para evitar las caries?

  • Cepillado de dientes, al menos 2-3 veces al día. El cepillado más importante es el de la noche.
  • Duración del cepillado al menos 2 minutos con cabezales suaves y pequeños para llegar hasta las últimas piezas. ¡Juguemos con nuestros niños a contar hasta 60 segundos! Hay cepillos infantiles que se ilumina una luz en el mango durante 2 minutos para que sepan cuándo han de parar.
  • No endulzar nunca el chupete: ni en mermeladas, ni en miel, ni en ningún líquido dulce.
  • No ofrecer zumos. ¡Los niños han de beber agua! Los zumos representan una de las primeras causas de caries en los países desarrollados. Los niños que beben zumos multiplican por tres el riesgo de caries además multiplicar el riesgo de obesidad infantil.
  • Enseñar a nuestros niños a utilizar seda dental y a cepillarse la lengua.
  • Por supuesto evitar productos azucarados: galletas, chuches, incluso el pan de molde es cariógeno.
  • Acudir al odontopediatra de forma rutinaria desde el primer año de vida.

¿El uso de chupete puede afectar a la dentición?

Por supuesto. Debemos retirar el chupete a los 18 meses, nunca más tarde de los 2 años o asumiremos el riesgo de tener deformaciones que precisen de tratamiento posteriormente.

Y si el niño se cae y con el golpe se le cae un diente que no sea de leche ¿Qué debo hacer?

  1. Mantén la calma.
  2. Recoge el diente por la corona, no por la raíz.
  3. Lávalo con agua o suero fisiológico, nunca con jabón e intenta implantárselo de nuevo en su lugar cerciorándote que está en la posición adecuada solamente con los dientes definitivos. Los dientes de leche no se reimplantan.
  4. Si no eres capaz, mételo en un vaso con agua, con suero o incluso sumergido en leche entera y acude al odontopediatra.
  5. Lo ideal es que el paciente sea valorado por un odontopediatra en un plazo máximo de una hora.
  6. No os perdáis esta interesante guía de la Asociación Española de Endodoncia

 

Por cierto, vamos a olvidarnos de premiar a los niños con chucherías

¿Qué sentido tiene si sabemos que desde el punto de vista nutricional son calorías muertas y además multiplican de forma considerable el riesgo de caries?

Es más ¿por qué no dejamos de premiar a nuestros hijos con comida? La comida no es una moneda de cambio de buen o mal comportamiento. La comida debe ser un momento de tiempo compartido  en familia promocionando estilos de vida saludables.

Un niño se porta mal y no por ello debemos castigarle sin cenar. ¿Qué tiene que ver la comida con su mal comportamiento?

  • Si te portas bien, te compro una chocolatina. Error.

Ni la chocolatina ni la comida como arma de negociación.

  • Hasta que no te comas todo lo del plato no te levantas de la mesa”. Error.

A los niños no se les debe obligar a comer.

“Tú eliges la calidad y él la cantidad”

Ponle sobre la mesa alimentos de alta calidad nutricional y que coma lo que desee. Da ejemplo y anímale a probar. Pero nunca obligues, no conviertas la comida en un enfrentamiento y una lucha de poder. Saldremos perdiendo los padres.

Los niños han de tener una relación sana con la comida. Debemos respetar sus gustos y enseñarles hábitos saludables. Fruta y verdura siempre a la vista. No podemos pretender que coman fruta o verdura si ni siquiera saben lo que es una chirimoya, si no te han acompañado nunca al mercado o si no te ven a ti comer todos los días fruta y verdura.

“Como no ha comido nada, al menos, que se tome las galletitas”. Error. Prefiero que no coma en esa ocasión y lo intentaremos en la siguiente. Si le ofreces lo que él quiere (las galletas, los zumos o el snack, ¿cómo vamos a pretender que se coma la fruta?)

“Que no se vaya con el estómago vacío a la cama, que se tome el biberón y listo”. No pasa nada porque se vaya a dormir sin cenar, nada de nada. Ni entrará en hipoglucemia ni perderá peso. Tranquilos. Se trata de que el niño vea que todas las noches nos sentamos a cenar, que unos días podrá cenar más y otras menos, pero lo que hay sobre la mesa es lo que se come. No montemos dramas, ni amenazas, ni mucho menos castigos. Hábitos, hábitos, hábitos y con el tiempo recogerás los frutos.

No olvidemos que actualmente el 41% de los niños entre 6-9 años en España tiene sobrepeso u obesidad. La verdadera epidemia de este siglo. ¿Qué estamos haciendo mal?

  • Vida sedentaria. Niños que no molestan enchufados a la red, desenchufados de la vida.
  • Cómida rápida que “no tengo tiempo de meterme en la cocina”
  • Chuches, galletas, snacks y bollos como premios cada vez que se portan bien.
  • Exceso de proteínas y grasas trans en las dietas de nuestros pequeños cuando lo que debe predominar son las verduras, las frutas, las legumbres y la proteína de alta calidad como son: huevos, carnes y pescados. Más pescado que carne, más carne de ave que roja. Recordemos una vez más el Plato de Harvard: la mitad del plato verdura/fruta, un cuarto proteína y un cuarto hidrato de carbono (arroz, patata, pasta, pan todo ello si es integral, mejor)
  • Ojo a los almuerzos escolares: no te compliques, es fácil, botellín de agua, bocata y/o fruta. Lo demás, es absolutamente prescindible.

Hasta la próxima.

NOTA: Quiero dar las gracias por su inestimable ayuda a la Dra. Isabel Diez, odontopediatra del IDI  por su asesoramiento y cuidado dental de mis hijos  😉

Hasta la próxima.
 

 

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