Ver la doble rayita en el predictor anunciando la buena nueva para todos los que hoy leéis estas líneas, es uno de los momentos más dulce de nuestras vidas.

  • ¡Vamos a ser padres!

¿Quién no ha llorado en ese instante? ¿A quién no le ha temblado el pulso, la voz y hasta el alma? ¿Lo recuerdas? Yo como si fuera ayer y ya han pasado más de 11 años.

Y dime, ¿qué es lo primero qué hiciste cuando supiste que estabas esperando un hijo?

La mayoría de nosotros buscar un nombre, el nombre. De hecho, muchas veces hasta ya lo teníamos pensado antes incluso de estar embarazados, antes incluso de decidir que ya era el momento de traer una vida al mundo ¿verdad?

Traer una vida al mundo… ¿habrá algo más grandioso?

Pues ¿sabías que cada día, 7000 de esas vidas que vienen al mundo, se mueren antes de cumplir su primer mes? Cada día. Eso suponen casi 5 niños fallecidos por minuto, día tras día. Es más, cuando hayas terminado de leer este post una docena de ellos ya no estarán con nosotros.

¿Y sabías que el 80% de estas muertes son prevenibles? Prevenibles con medidas básicas como son saneamiento de agua, jabón, antibióticos, vacunas, alimentos y mosquiteras.

Me leéis desde Níger, el país más pobre del Planeta, aquí os dejo el ranking  ¿Me creéis si os digo que aquí hay niños a los que no se les pone nombre al nacer? La vida aquí es demasiado corta e incierta. No ponerle nombre a un bebé permite que sea más fácil olvidarle. O no… ¿quién es capaz de olvidar semejante pérdida? Duele solo al pensarlo, al escribirlo.

Pero lo cierto, la devastadora realidad que vive este país y otros tantos como él, es que 95 de cada 1000 niños que nacen, fallecen. Esto es casi un 10%…

Sin embargo, a pesar de todo ello, las madres tienen una media de 7 hijos por mujer y el 58% de la población son niños, muchos de ellos sumidos en la pobreza más absoluta que os podáis imaginar.

Esto es devastador. Espero ser capaz de transmitir con palabras y con vídeos que iré subiendo a las distintas redes, lo que aquí estoy viendo, sintiendo y viviendo.

Pero aun así, hay un esperanzador camino. En la última década gracias a la ayuda humanitaria y gracias a instituciones como UNICEF con la que hoy estoy aquí, la tasa de mortalidad infantil ha pasado de 328 a 95 fallecidos por cada 1000 nacimientos. Y esto en 10 años, ¿os dais cuenta de lo que podríamos conseguir en otros diez años?

Yo soy de retos. Unicef es de retos. Y hoy os llamo a la acción.

Cada día 7000 nombres se quedan sin una vida que vivir. Juntos podemos evitarlo.

¿Seremos capaces de movilizar a 7000 personas que le den un nombre, que le den una vida, a un recién nacido?

Yo creo que sí. Por eso estoy aquí.

¿Cuánto cuesta salvar una vida?

  • 1 dosis de vacuna contra la tuberculosis para el bebé
  • 5 dosis de vacuna contra el tétanos. Con 3 dosis se inmuniza al bebé y con 2 más también a la madre. (Hay un 80% de mortalidad en los niños infectados)
  • 1 mosquitera para proteger al bebé contra la malaria
  • Jabón y guantes para asegurar que el parto tiene lugar en unas condiciones higiénica mínimas

Con este kit, protegemos al bebé y a la madre en el preparto (tétanos), durante el parto (guantes y jabón) y en el postparto (tuberculosis y mosquiteras) y contribuimos a que un niño pueda sobrevivir sus 28 primeros días.

Cada kit puede salvar una vida, por lo que con nuestro reto podríamos salvar hasta 7.000 vidas.

Os tengo que confesar algo: unos días antes de partir, senté a mis hijos en la mesa de la cocina. Conteniendo la emoción y disimulando este miedo inevitable ante lo que estaba a punto de vivir, les expliqué paso por paso lo que aquí haríamos.

  • ¿Por qué tienes que ir tú, mami, si ya fuiste el año pasado a Senegal? A ver si te va a pasar algo… – me dijo mi hijo con voz temblorosa.
  • Voy, cariño, porque he asumido este reto y esta responsabilidad y creo firmemente que nosotros desde allí y vosotros desde aquí podemos lograrlo. Voy porque aun siendo pediatra no me he sentido tan útil como hasta ahora. Voy porque esos niños que se mueren cada día, merecen otra vida diferente, merecen al menos, una oportunidad de vida. Y voy sobre todo porque pienso volver para seguir contando al mundo la necesidad de ayudar a los que más nos necesitan.

Mientras le daba un beso a mi hijo y le abrazaba fuerte, mi hija Covi aparecía por la cocina con parte de sus ahorros.

  • Toma mamá, con esto hay para unos cuantos kits, para unos cuentos nombres y para unas cuantas vidas.

Gracias infinitas a todos por vuestra colaboración. 

¡Hasta muy pronto!

Salvar una vida es tan fácil como pinchar aquí 😉 

Publicaciones Similares