Ya estamos en septiembre, la vuelta al cole es inminente y la mayoría de nosotros no sabemos qué va a pasar: qué va a pasar con nuestros hijos, con nuestros trabajos, con nuestra propia salud o con la de nuestros padres.
Han sido unos meses muy intensos en los que hemos tenido de todo, desde balcones llenos de aplausos que a mí personalmente lograban erizarme la piel hasta miles de personas muriendo solas, momento en el que escribí este post en un llanto contenido, de los que tragas saliva.
Ha habido momentos de celebración y momentos de agotamiento en los que aquí, una, se desahogaba escribiendo reflexiones como esta… “los sanitarios estamos agotados” que aquí os dejo mientras sus hijos ya dormían.
La verdad es que el ritmo de publicaciones científicas de la covid en estos meses ha sido frenético y no ha sido fácil ni lo es a día de hoy asimilar toda la información que nos va llegando porque, en ocasiones, se contradice a la publicada un par de semanas antes. Por lo que, vaya por delante que:
Aún queda mucho por ver, aprender y por llevar a la práctica. En esto consiste el método científico. Que nadie se sienta engañado, la ciencia funciona así.
Hasta el momento actual los niños, especialmente los pequeños, se han contagiado menos que los adultos y cuando lo han hecho, sus síntomas han sido más leves, más breves y muchos de ellos han cursado incluso de forma asintomática. Esto es lo que sabemos a día de hoy, finales de agosto de 2020.
Los últimos datos publicados por el Centro Nacional de Epidemiología muestran que, que el número de niños menores de 15 años positivos oscila en torno al 10% con respecto al total de personas positivas, siendo este porcentaje aún más bajo a media que baja la edad.
El Hospital Sant Joan de Déu a través de su Estudio Kids Corona el cual sigue en marcha, publicó sus primeros datos a principios de Junio tras hacer seguimiento a 724 niños y niñas que convivieron en el hogar con un progenitor positivo de coronavirus. Estos colegas hallaron que los niños tienen una prevalencia de anticuerpos de la COVID-19 similar a los adultos, pero más del 99% de ellos presentaban síntomas leves.
Estos días además, publicaban los datos preliminares recogidos tras hacer seguimiento a 1900 niños y adolescentes que participaron en 22 campamentos de verano este año en Barcelona (España) y han observado una capacidad de transmitir el coronavirus más baja, hasta seis veces menor, que la población general que les rodeaba.
Aunque también apuntan que la mayoría de actividades eran al aire libre y que los grupos eran reducidos no superando los 10 ñinos; ambos datos clave para la transmisión del virus al que sumamos el lavado de manos frecuente, de hecho los investigadores afirman que “en las escuelas en las que se realizaba este lavado de manos de forma más frecuente, y en concreto más de cinco veces al día, las tasas de infección eran nulas o más bajas, y por tanto esta es una medida muy importante a ser considerada”
¿Qué ocurre con la forma de presentación de la covid19 en niños?
Pues que los síntomas en los niños son indistinguibles de muchas de las infecciones que pasan a lo largo del invierno: catarros, gripes, bronquitis, gastroenteritis, etc… lo que nos genera cierto desasosiego ahora que ya vemos el otoño cerca y el coronavirus sigue circulando.
Recordemos en este post las diferencias entre alergia, asma y covid19
¿Y qué ocurre con el contagio? ¿Contagian más, contagian menos, contagian igual?
Pues como hemos ido aprendiendo sobre la marcha, al principio, se pensaba que, como ocurría con la gripe, los niños serían los grandes contagiadores. Luego se vio que no era así. Aunque también es cierto que esos estudios se hicieron cuando ellos ya no tenían colegio y fueron los primeros en aislarse.
Ahora surgen nuevos estudios que reflejan que realmente los niños portan el virus igual que los adultos y evidentemente pueden contagiar, pero lo cierto es que ahora mismo, según la evidencia acumulada, los niños contagian igual o menos que los adultos y se ha observado que en el origen de los brotes, casi nunca hay un niño implicado, al menos de momento.
¿Cómo se presenta el futuro más próximo?
Actualmente en nuestro país se ha puesto en marcha el registro EPICO-AEP (Asociación Española de Pediatría) que recoge los datos de menores de 17 años en 65 hospitales de toda España por lo que nos permitirá tener un conocimiento profundo de cómo se comporta el virus en la población pediátrica.
Del estudio nacional de seroprevalencia, se estima que se han infectado entre 230.000 y 250.000 menores, el 3% de la población española, desde el inicio de la pandemia. Sin embargo, Epico revela que apenas 300 de ellos tuvieron que ser tratados en el hospital, lo que supone un 0,12%.
Por todo ello, con la incorporación de los niños al colegio, la vuelta de las vacaciones y el regreso de muchos padres y madres al trabajo, me temo que nos quedan aun muchos datos que analizar e interpretar. Debemos ser pacientes. Cualquier afirmación que se haga ahora mismo de forma categórica sería una imprudencia.
Con los datos con los que disponemos ahora mismo opino que los niños no son especialmente peligrosos para la salud y el bienestar de otros niños, ya que los niños enferman menos, de una forma leve y más corta que los adultos.
Pero no debemos perderlos de vista como vectores o transmisores en su entorno más cercano.
Por lo que, en los colegios, como en el resto de los lugares a los que vamos, lo principal es cumplir con las medidas de protección.
Y ahora bien
¿Qué ocurre con la vuelta al cole?
Pues si me permitís la opinión en este tema, he echado en falta más liderazgo más premura, más comunicación e información a la población. No dudo que no se haya trabajado sobre ello a nivel estatal pero la sensación generalizada de la población es que nos ha pillado el toro.
Los padres y madres, entro los que me incluyo, estamos preocupados por la vuelta al cole.
Desde mi humilde opinión:
Debemos garantizar la asistencia presencial a todos aquellos niños para los que la escuela sea su refugio, su alimento, su lugar de reencuentro con todo aquello que no tienen en su casa.
La escuela es mucho más que en lugar donde se aprenden materias y conocimientos varios.
Tenemos miles de niños en entornos vulnerables en los que la comida del comedor escolar es la única comida en condiciones que hacen al día por poneros un ejemplo.
Niños que son víctima de violencia familiar, una población grande y silenciosa de la que nadie habla y que la Fundación ANAR trabajar a diario con ello. ¿Sabías que durante el confinamiento subieron de forma importante las solicitudes de ayuda por violencia familiar?
Niños con necesidades especiales a los que no se les pude dar una asistencia online, ya hemos comprobado que con ellos no funciona.
Niños que no tiene ningún medio digital para seguir las clases desde casa.
Ya vimos en este post las consecuencias del confinamiento de los niños así que sí, para muchos niños y jóvenes, volver al colegio es una prioridad.
Así que me temo que a los alumnos más mayores no les quedará otra en esta vuelta al cole que acostumbrarse durante unos meses a la modalidad semipresencial si así fuese necesario en favor de que los más pequeños puedan ir a clase todos los días.
Uso de mascarilla en niños mayores de seis de años y profesores.
¿Por qué no? Han tenido varios meses para aprender y nos han demostrado que la mayoría de ellos lo han hecho muy bien.
Mascarillas higiénicas reutilizables, las de tela, siempre y cuando cumplan la normativa UNE 0065 y respetemos las instrucciones del fabricante en cuanto número de lavados. Han de lavarse a 60º en lavadora de forma diaria.
Mascarillas higiénicas de un solo uso, que se compran en grandes superficies, en farmacias, supermercados…etc y que no deben utilizarse más de un día (teóricamente hasta 4 horas según la mayoría de los fabricantes por lo que necesiatrían dos por cada jornada en el cole). Existen tres tamaños diferentes dependiendo de la edad y las tenéis hasta con divertidos dibujitos para motivar a los niños. Es imprescindible que cumplan la normativa UNE 0064.
Mascarillas quirúrgicas que según el Ministerio de Sanidad deben utilizarse sobre todo en casos de personas enfermas o positivas asintomáticas para evitar la transmisión del virus siempre homologadas cumpliendo la normativa UNE EN 14683.
Si un niño presenta síntomas en clase…
Es decir, si ya está en el colegio y un niño presenta síntomas compatibles, se debería aislar a ese niño junto con un profesor en un aula ventilada, cambiarle su mascarilla higiénica por una quirúrgica y esperar a que vengan sus padres a buscarle. Sin alarmismo, sin miedo y sin angustia. Intentando en todo momento que el niño esté tranquilo.
El profesor también debería llevar una mascarilla quirúrgica en ese momento en lugar de una higiénica.
Así que no estaría de más que en todos los colegios tuvieran algunas cajas de quirúrgicas para estos casos.
Os recomiendo que leais este breve documento del Ministerio de Sanidad que lo explica muy claro.
Recordad que si todos llevan la mascarilla correctamente, cumplimos sobradamente con el objetivo: disminuir la transmisión del virus. Y que las mascarillas solo son eficaces si lo acompañamos de una correcta y frecuente higiene de manos.
Así que este año en la vuelta al cole nuestros objetivos serán:
Uso correcto de las mascarillas y que estas estén homologadas.
Correcto lavado de manos y frecuentemente, varias veces al día.
Aulas bien ventiladas y mayor número de actividades al aire libre.
¿En qué niños estaría justificada la no asistencia al colegio y se les debería de garantizar una educación a distancia?
Recientemente la Asociación Española de Pediatría ha publicado un interesante documento de consenso donde recoge los casos particulares de enfermedades crónicas que os animo a consultar si estuvieseis en esa situación.
En este documento han participado las 14 Sociedades Científicas de las distintas especialidades pediátricas que representan a todos los pacientes en edad pediátrica en situaciones especiales de cronicidad (Cardiología, Gastroenterología, hepatología y nutrición, Endocrinología, Errores innatos del metabolismo, Genética y dismorfología, Hematología/Oncología, Infectología, Inmunología y Alergia, Nefrología, Neumología, Neuropediatría, Paliativos, y Reumatología Pediátrica).
Cuando lo leáis os daréis cuenta que nada tiene que ver un niño con un asma leve o con bronquitis de repetición el cual NO es paciente de riesgo que un niño a la espera de un trasplante, un niño que haya terminado hace poco un tratamiento frente a un cáncer o una inmunodeficiencia severa.
¿Y qué ocurre con el asma y la alergia y el coronavirus?
Os recuerdo aquí el post que escribí hace unos días donde hablo largo y tendido sobre ello. Por cierto, los niños asmático también deben usar mascarilla (salvo que se encuentren en plena crisis de asma, logicamente).
Es más, los que tiene alergias ambientales se beneficiarán ya que la mascarilla servirá de barrera para evitar que los distintos pólenes le desencadenen una reacción alérgica o una crisis de asma.
Distancia social de al menos 1,5m en los niños más mayores.
Evidentemente esto en los pequeñitos no se puede establecer. Ellos necesitan el contacto más que nadie y debemos dárselo, así que en esta franja de edad habrá que disminuir más aun las ratios de las aulas y garantizar la protección del profesorado con mascarillas adecuadas, geles hidroalchólicos y aulas ventiladas. Para aquellos profesores que sean pacientes de riesgo, os aconsejo que lo consultéis tranquilamente con vuestro médico de cabecera. Debéis saber que en esos casos las mascarillas que más os protegen son las FFP2 o KN95.
Los sanitarios sabemos lo que es enfrentarse a esta pandemia sin protección, ya lo hemos aprendido y ya lo hemos sufrido. No volvamos a repetirlo.
¡Debemos proteger a nuestros profesores!
Insistir en la correcta higiene de manos varias veces al día en el colegio y enseñárselo las veces que haga falta a los niños.
Hacer muchas más actividades al aire libre. Es una buena oportunidad para reinventarse. Cada vez tenemos más estudios que nos indican que la transmisión del virus al aire libre si no hay aglomeraciones es muy baja.
Adaptar los contenidos:
Quizá es buen momento para explicarles a nuestros niños y jóvenes qué es una zoonosis, una epidemia, una pandemia, para qué sirven las vacunas, qué es la inmunidad y qué papel juega en las infecciones; sería una oportunidad preciosa para hacer un repaso histórico por las mayores epidemias y pandemias del mundo, cómo surgieron, cómo desaparecieron, qué impacto generaron, cuales son las similitudes y por qué ahora estamos mucho más preparados que antes, en qué consiste el método científico y por qué invertir en investigación es la única manera de progresar.
Aulas siempre ventiladas. Una vez más lo repetimos: está ampliamente demostrado que al aire libre y manteniendo la distancia de seguridad, es difícil contagiarse.
Entradas y salidas escalonadas para evitar aglomeraciones.
Dispensadores de gel en clases, pasillos y a la entrada de salas con uso obligatorio de los mismos al entrar y salir.
Protocolo claro y conciso cuando un niño empieza con síntomas en el colegio: aislamiento rápido a cargo de un adulto, cambiar la mascarilla higiénica que lleva por una quirúrgica, contacto con su familia y con el centro de salud pertinente para que los sanitarios indiquen el proceder. Para ello es indispensable que se mejore la comunicación centros de salud-escuelas.
Y para ello por supuesto, es obligatorio dotar a los centros de salud de más y más y más personal y recursos. No pueden más y no hemos hecho más que empezar…
La labor de los pediatras de primaria es FUNDAMENTAL, sin su trabajo, todo este sistema se hundiría y nosotros con ellos.
Meticuloso sistema de rastreo a los niños positivos, ágil y rápido.
Confinamiento de los contactos estrechos del niño positivo y PCR en las siguientes 24 horas a todos ellos con resultado en 24-48 horas para que los padres estén inmovilizados el menor tiempo posible.
No es de recibo que se tarden 4, 5 y hasta 6 días en recibir el resultado de una PCR. Si ya es complicada la logística familiar con un hijo, imaginaos las familias en las que hay más de dos y tres hijos.
Ratios reducidos de niños en las aulas: especialmente en aquellos grupos de edad donde no se pueden mantener las distancia.
Todas estas medidas son inasumibles si no hay un aumento de recursos para contratar a más profesores, a muchos más profesores.
¿Y por qué no desdoblar clases y hacer turnos de mañana y turnos de tarde? Disponemos de unas escuelas que se quedan vacías a las 14 o a las 17h de la tarde. ¿No hay posibilidad de haber planteado contratación de personal y desdoblar grupos también en la tarde? Podría incluso ayudar a la conciliación de muchas familias. Recuerdo en mi instituto que no entrábamos todos y durante un año tuve que asistir al horario nocturno, que así se llamaba, e iba a clase de 15 a 20h.
Sé que es un tema muy complejo a lo que se suman 17 comunidades diferentes con escuelas dentro de cada comunidad con circunstancias muy diversas.
No es lo mismo una escuela rural que una en el centro de una gran capital.
No es lo mismo un colegio en un entorno espacioso y con naturaleza que un colegio urbano.
No es lo mismo una escuela con 15 niños por aula que una con 28.
Considero que una vez se tengan las directrices que todos estamos esperando por parte del gobierno, cada colegio tiene que adaptarlas a su situación particular y ponerlas en marcha en la medida de sus posibilidades.
Pero para ello, sin duda, hacen falta recursos, recursos, recursos…
Quiero aprovechar la oportunidad para:
Agradecer a todos los profesores, maestros, pedagogos, educadores y directores de escuelas e institutos el esfuerzo titánico que han hecho en estos meses.
¡Todo mi apoyo y admiración. Aquí estamos para ayudaros en todo lo que necesitéis!
Muchísimo ánimo a todos.
Todos estamos en este barco, no lo olvidéis.
Los sanitarios también tenemos hijos, también tenemos padres y personas de riesgo a nuestro alrededor; nosotros también estamos preocupados, también deseamos una feliz y segura vuelta al cole.
Así que aportemos ideas, rememos en la misma dirección, aunamos fuerzas porque las vamos a necesitar.
Intentemos ayudar con ideas constructivas y eficaces en lugar de lanzar mensajes catastrofistas vacíos de contenido.
Todos deseamos que esto pase cuanto antes y todos debemos colaborar, todos, sin excepción, hasta nuestros hijos y así es como se lo debemos transmitir.
Y una última cosa:
Por favor, vestid la vuelta al cole de la misma magia e inocencia que otros años.
Nuestros hijos no tiene la culpa de nada y llevan muchos meses escuchando hablar de muertos y enfermos, de secuelas y crisis, de dramas y protestas.
Intentemos pintar de colores de nuevo su vuelta al cole de esa alegría maravillosa que rodeaba los primeros días, ese encuentro con sus amigos, esa felicidad máxima al volver a reunirse, ese abrazo interminable que nos dan cuando salen corriendo por la puerta del colegio, esas mil y una aventuras que nos cuentan atropelladamente tras los primeros días.
Aisladlos de todo esto, por favor. Dejemos por un momento de hablar de virus y muertes y dramas y crisis. Hagamos el esfuerzo.
Los niños son niños y han de hacer cosas de niños, han de tener preocupaciones de niños, no de adultos.
¿Lo intentamos?
¡Todos a una!
¡Animo y fuerza!
Dra. Lucía Galán Bertrand. Pediatra y escritora. www.luciamipediatra.com
Y si queréis desconectar un ratito antes de dormir de tanta preocupación, ya tenéis disponible en preventa la segunda parte de Cuentos de Lucía mi Pediatría. Estoy feliz de que haber sido capaz de terminarlo y presentároslo justo en estos días tan complicados.