Ha llegado el momento de forrar los libros, comprar libretas, lápices, mochilas y recuperar la rutina: la vuelta al cole.
Deseada por muchos, odiada por otros pero la realidad es que el verano llega a su fin.
Se estima que hasta un 30% de los fracasos escolares o problemas académicos se deben a defectos de visión no diagnosticados.
Y nos encontramos con niños que leen demasiado despacio, que necesitan el dedo para guiarse mientras leen durante mucho tiempo, que se acercan mucho al papel, que ladean la cabeza, que se quejan de dolores de cabeza, que se despistan o pierden el interés con facilidad y a veces me he encontrado que se les ha etiquetado de “lentos”, “inatentos”, “despistados” o “poco hábiles”.
Los maestros muchas veces dan la primera voz de alarma y sugieren a los padres una revisión médica, a veces somos los padres los que nos damos cuenta y en ocasiones simplemente pasan desapercibidos.
Lo cierto es que hasta los 6-7 años o incluso más no son conscientes de que no ven bien y por tanto, si ellos no saben qué es ver bien ¿cómo van a saber que tienen algún problema?
Y esto es de vital importancia sobre todo en el ojo vago o ambliopía de la que ya hablamos en este post que aquí os dejo. El ojo vago o ambliopía es el motivo de pérdida de visión más frecuente en la infancia afectando a un 3-4% de los niños y jóvenes. Al cerebro le llegan las imágenes de uno de los ojos. Si el cerebro detecta imágenes mucho más nítidas de un ojo que del otro, anulará la señal que recibe del ojo del que no le llega la misma imagen, en este caso del ojo vago, por lo que este, progresivamente irá perdiendo visión al no ser utilizado. Si no se trata a tiempo, el niño permanecerá con un déficit de visión importante en ese ojo durante el resto de su vida.
Cuando entran en la adolescencia es fácil que ellos mismos nos digan que empiezan a ver borroso, que no ven bien al profesor o que tiene que acercarse mucho a los apuntes.
La visión está en continua evolución y progresión por lo que aunque nuestros hijos tengan una buena visión de pequeños, todos sabemos que en cualquier momento pueden empezar a desarrollar una miopía, hipermetropía o astigmatismo.
Por ello los oftalmólogos recomiendan revisiones rutinarias cada año o cada dos años especialmente en estos tiempos en los que el uso de dispositivos electrónicos está tan extendido y con ellos el posible aumento de los casos de miopía por acercar tanto la vista durante periodos de tiempo prolongados.
Si tu hijo empieza el cole por primera vez y aun no le has hecho una revisión oftalmológica, ha llegado el momento. ¡Será un buen punto de partida!
Y si no va al colegio aun aquí os recuerdo el post: ¿Cuándo hacer su primera revisión oftalmológica?
Ha empezado ya el cole y veo cosas raras en el niño- me decís en ocasiones.
- Si se acerca mucho a los deberes
- Si le cuesta mucho no salirse de la línea al colorear
- Si ladea la cabeza para mirar
- Si guiña o se frota los ojos
- Si se queja de dolores de cabeza
- Lee más lento que el resto de sus compañeros.
- Si se salta palabras o salta de frase al leer
- Si no se fija en las hormiguitas del suelo, en las migas de pan de encima de la mesa…
Si presenta alguno de estos síntomas y si por supuesto tiene antecedentes familiares importantes, no dudes en consultar con el oftalmólogo infantil quien descartará patología que deba ser tratada.
Más info en este post del Dr. Carlos Laria Jefe de la Unidad de Estrabología y Oftalmología Infantil de la Clínica Baviera.