En este blog nunca hemos hablado de política y hoy tampoco lo voy a hacer. Lo ocurrido en Afganistán la noche del pasado sábado no tiene nada que ver con partidos políticos, ni con bandos, ni con actos electoralistas ni propagandísticos. Tiene que ver con la compasión, con la humanidad y con la justicia.
Sí, en otra ocasión escribí sobre la compasión y os animaba a que os sentarais con vuestros hijos y les explicarais el alcance de esta maravillosa palabra que viene de “sufrir con”. ¿Lo recordáis? Aquí os lo dejo por si aterrizáis por primera vez en estas tierras.
No entiendo de guerras, ni de conflictos internacionales, ni de bombardeos pero ¿alguien me puede explicar cómo se puede llegar a bombardear un hospital de Médicos sin Fronteras cuando este ya había dado aviso de su situación a ambos bandos y además salir en los medios de comunicación alegando que han sido “daños colaterales”?. ¿Los Estados Unidos de América bombardean un hospital de ayuda humanitaria y dicen que han sido daños colaterales?
- ¿Pero quiénes son los malos? – me preguntaría mi hijo.
- Otra pregunta sin respuesta, cariño.
¿Daños colaterales bombardear deliberadamente a un hospital donde docenas de personas han dado su vida, en este caso, en el sentido más devastador y sangrante de la palabra, por ayudar a los demás?
Doce miembros de Médicos sin Fronteras, personal sanitario todos ellos y al menos 10 pacientes, entre ellos 3 niños inocentes, han perdido la vida a “bombazos”.
Organizaciones como Naciones Unidas y la Cruz Roja expresaron su enérgico rechazo a lo sucedido y demandan investigaciones independientes para establecer responsabilidades por el ataque.
Y leo las palabras de uno de los médicos y se me ponen los pelos de punta:
“Hubo una pausa y luego más bombas hicieron impacto. Esto sucedió una y otra vez. Cuando logré salir vi que el edificio principal del hospital estaba envuelto en llamas. La gente que pudo, se trasladó rápidamente a dos búnkeres del edificio en busca de seguridad. Pero los pacientes que no pudieron escapar, murieron quemados vivos mientras yacían en sus camas“
Poco más se puede añadir a este descarnado testimonio. Os invito a leer el comunicado del director de Médicos sin Fronteras y os animo a que lo difundáis.
“Con tremenda tristeza e indignación, queremos compartir contigo las noticias sobre el dramático episodio sucedido en la madrugada del pasado sábado en el norte de Afganistán.
Nuestro hospital en la ciudad de Kunduz ha sido bombardeado de forma reiterada por Estados Unidos. A consecuencia de este ataque han muerto 12 miembros de nuestro personal y al menos 10 pacientes –entre ellos 3 niños–, y 37 personas más han resultado heridas.
Los bombardeos continuaron durante 30 minutos, a pesar de que días antes habíamos notificado las coordenadas del hospital a todas las partes del conflicto, y de que, al comenzar el ataque, volvimos a contactar para alertar de lo que estaba pasando.
Lo ocurrido es un hecho terrible y todos los que formamos parte de Médicos Sin Fronteras nos sentimos cercanos a las víctimas y a sus familias. Queremos agradecer las extraordinarias muestras de apoyo recibidas durante esos días: las valoramos enormemente.
Desde Médicos Sin Fronteras condenamos este aberrante ataque, que constituye una grave violación del Derecho Internacional Humanitario. Ha sido un bombardeo preciso y con un objetivo claro: la unidad de cuidados intensivos del hospital. En caso de demostrarse que ha sido un ataque deliberado, estaríamos hablando de un crimen de guerra. Por eso, exigimos una investigación independiente para esclarecer los hechos, y la total transparencia de las fuerzas de la Coalición. Simplemente no aceptamos que esta horrible pérdida de vidas se califique como “daños colaterales”.
Por ello, te pedimos que desde ahora muestres tu indignación y exijas con nosotros una investigación completa, trasparente e independiente: ayúdanos en redes con las etiquetas #independentinvestigation, #Kunduz y #MSF.
Muchas gracias de antemano y un fuerte abrazo,
Joan Tubau, director general de Médicos Sin Fronteras