• Cariño, mira esta foto. ¿Qué te parece? – le dije a mi hija de 7 años.
  • Ay mamá, ¿Qué les pasa? – contestó llevándose la mano a la boca- ¿Por qué no tiene pelo? ¿Por qué están tan tristes? ¿Quiénes son? ¿Son pacientes tuyas? ¿Están malitas? – las preguntas se amontonaban en la inocente cabeza de una niña que no entiende aun de estereotipos de belleza.
  • Son modelos, mira, ahí arriba pone “zara”- puntualizó su hermano mayor.

ZaraDejé que ellos mismos avanzaran en la conversación. Como una mera observadora escuché atentamente todo lo que dos niños ingenuos tenían que decir frente a semejante anuncio publicitario.

  • ¿Modelos? ¿Chicas guapas de esas que desfilan en pasarelas con tacones? – preguntó mi hija asombrada.
  • Si- le contestó su hermano con la boca pequeña.
  • Pero… – mi hija no entendía nada.

Decidí intervenir:

  • Cariño, ¿Te parecen atractivas estas chicas? – le pregunté a mi hijo.
  • Mamá, pero si están delgadísimas, parecen chicos. No me gustan. No se parecen nada a ti- sentenció, pasando posteriormente describir con todo tipo de detalles todo aquello que yo tenía y ellas no.

Me reí emocionada por la ingenuidad de un niño de casi 9 años en el que el referente de belleza femenina aún es su madre.

Nos fuimos a dar un paseo por la playa. Mientras caminábamos y veía correr a mis hijos felices y carentes de prejuicios, reflexioné sobre lo sucedido.

¿Quién estará detrás de esta campaña publicitaria? ¿Un hombre? ¿Una mujer? ¿Tendrán hijas? Y si las tienen, os lanzo una pregunta: ¿Os gustaría ver a vuestras hijas con ese aspecto?

¿De verdad hay alguien en este planeta que encuentra atractiva esta imagen? En este blog se puede comentar de forma anónima si se desea. Agradecería infinitamente la opinión de todos aquellos a los que estas chicas a las que se les ha eliminado cualquier resto de feminidad, les resultan atractivas.

Nos parece saludable ver a bebés gorditos, para luego arrastrar a nuestras niñas con este tipo de mensajes hacia una anorexia de la que difícilmente se recuperarán completamente con una mortalidad de casi un 2%, para que posteriormente al cumplir los 30 años, miles de mujeres en el mundo se pongan prótesis allá donde pueden para tener cuerpos voluptuosos…

Lo habéis leído bien, casi un 2% de las pacientes con anorexia nerviosa fallecerán.

Algo estamos haciendo mal.

La obesidad infantil es una plaga, no cabe duda que debemos invertir todos nuestros recursos y energía en combatirla, en promover estilos de vida saludables y en acabar de una vez por todas con la industria alimentaria que entre sus ingredientes predominen los azúcares y las grasas trans. Pero bombardear a nuestros niños con este tipo de mensajes en los que el “ideal” de belleza son niñas con extremo bajo peso, sin pelo y con expresión de haber sufrido una terrible desgracia, me parece inadmisible, denigrante e irresponsable.

Yo no quiero ver a mi hija así. ¿Y tú?

Firmado: #UnaMujerConCurvas

anorexia

 

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