Niño de dos años y medio que abre él solito la puerta de mi consulta, se lanza a mis brazos…
Por supuesto – contestamos todas las madres. Sin embargo perdemos la paciencia habitualmente con las “archiconocidas” frases de: ¿Por qué…
Niño de dos años y medio que abre él solito la puerta de mi consulta, se lanza a mis brazos…
Por supuesto – contestamos todas las madres. Sin embargo perdemos la paciencia habitualmente con las “archiconocidas” frases de: ¿Por qué…