shutterstock_112713502   Soy pediatra y yo, VACUNO a mis hijos.

  • Vacuno a mis hijos porque, a lo largo de los años, las vacunas han evitado la muerte de millones de niños en el mundo.
  • Vacuno a mis hijos guiándome por todos los comités científicos nacionales e internacionales que trabajan a diario en la seguridad y eficacia de las vacunas.
  • Vacuno a mis hijos porque es un grave acto de irresponsabilidad no hacerlo y exponerles a tener más de una decena de enfermedades con graves secuelas y que pueden resultar mortales.
  • Vacuno a mis hijos porque mis conocimientos no pueden superar a la opinión de los expertos.
  • Vacuno a mis hijos porque de no hacerlo, si alguno de ellos sufriese las devastadoras consecuencias de alguna de las enfermedades prevenibles por vacunas, como madre, no me lo perdonaría jamás.
  • Vacuno a mis hijos porque las enfermedades graves todavía existen y sobrepasan las fronteras.
  • Vacuno a mis hijos porque los beneficios de hacerlo superan con mucho a las infrecuentísimas reacciones adversas graves de las vacunas.

Y ahora vamos a aportar algunos datos. Juzgad por vosotros mismos:

¿Cuántos niños se morían de viruela, tosferina, sarampión, poliomelitis en la era pre-vacunal? ¿Y después de la introducción de las vacunas?

  • Empecemos por la viruela: En la era prevacunal, en Europa, se estima que la viruela acabó con 60 millones de personas sólo en el siglo XVIII. En en el siglo XX, 300 millones de personas en todo el mundo perdían la vida.Tras la obligatoriedad de la vacuna en 1929 se registraran sólo 2 muertes por viruela en España. Actualmente y desde hace más de 30 años, la viruela está erradicada en TODO EL MUNDO. ¿Gracias a quién? A la vacuna.
  • Poliomelitis: En el año 1959 se notificaron 2300 casos en España. En el año 2008, cero casos. Desgraciadamente siguen declarándose casos en Pakistán, Afganistán, Nigeria, Somalia, Camerún, Irak, Siria y Etiopía. Por lo que aún no podemos hablar de erradicación, como ocurrió con la viruela. Podéis ver los últimos datos actualizados aquí: http://www.polioeradication.org/Dataandmonitoring.aspx
  • Se estima que gracias a las campañas de vacunación se ha producido una reducción de la mortalidad por sarampión de un 61% (1.237.000 muertes evitadas), 69% por tétanos (643.000), 78% por tos ferina (1.042.000), 94% por difteria (73.000) y un 98% por polio (51.000 muertes evitadas).
  • El sarampión, enfermedad que aún vemos y de la que hemos sufrido recientemente varios brotes en nuestra comunidad debido a niños no vacunados, produce una muerte por cada 3000 casos, y una encefalitis por cada 1000, que puede ser grave y dejar secuelas neurológicas. Además, en uno de cada 100 000 casos puede desarrollarse, al cabo de unos años, una panencefalitis esclerosante subaguda, enfermedad muy grave y limitante.
  • La gran eficacia de los programas de vacunación infantil ha conseguido disminuir los casos de sarampión del orden del 95 al 99 % en la mayoría de los países del mundo.
  • En 2010 y 2011 se constató una elevación importante de los casos de sarampión en Europa, lo que ha obligado a la OMS a posponer el objetivo de eliminación del sarampión y de la rubeola en Europa para el año 2015. Actualmente existen focos epidémicos importantes no controlados en Holanda, Italia, Reino Unido, Alemania, Rumanía y en España.
  • En definitiva, las vacunas han salvado a 1500 millones de personas, y no lo digo yo, lo dice el Dr. Jules Hoffman, premio Nobel de Medicina 2011.

“Yo no vacuno a mis hijos porque la propia vacuna le puede provocar enfermedades graves, incluso autismo”- FALSO.

Este tipo de argumentos los hemos oído todos los pediatras en nuestras consultas. Siento decir que ante esto, soy implacable y les trato de explicar de una forma clara y convincente lo siguiente:

La vacuna frente a la Difteria, el Tétanos y la Tos ferina puede provocar una encefalitis (en la mayor parte de los casos leve) en un niño de cada 1.000.000 de niños vacunados. Pero sufrir cualquiera de las tres enfermedades por no estar vacunado, puede ocasionar la muerte en 1 de cada 200 niños y producir una encefalitis (muchas veces grave e invalidante) en uno de cada 20 niños que la padezcan.

La tosferina merece un artículo aparte, por su importancia en nuestro día a día, por los casos que aún vemos cada año y por las interesantes y nuevas estrategias de vacunación que existen para proteger a los recién nacidos que son quienes sufren las peores consecuencias y los que tienen la mortalidad más alta. Sobre la foto tenéis el post: Tosferina ¿Qué hay de nuevo? 

Tosferina.

Respecto al autismo no hay evidencia científica alguna que haya correlacionado la administración de las vacunas con el desarrollo del autismo.

Comprendo a las familias que lo viven en primera persona  con uno de sus hijos, y comprendo los momentos de angustia y de necesidad de encontrar algo a que aferrarse que justifique por qué su hijo es así, y no como el resto de sus compañeros. Pero la realidad es que la ciencia nos dice que no hay relación. Os remito al siguiente artículo del Comité Asesor de Vacunas de la Sociedad Española de Pediatría donde hablan extensamente de este tema. http://vacunasaep.org/familias/mitos-y-falsas-ideas

Otras familias me comentan lo siguiente: “No vacuno a mi hijo porque las vacunas contienen mercurio que es tóxico para el desarrollo de su cerebro” FALSO.

Hoy en día, prácticamente ninguna de las vacunas que se administran en España, contiene cantidades significativas de Timerosal (una sal que contiene etilmercurio). Pero además, no se ha podido demostrar científicamente que este compuesto afecte el desarrollo neurológico de los bebés o de los niños ni que por tanto esté relacionado con el autismo o retraso del desarrollo.

Así que confía en los profesionales de la salud que buscamos el bien de nuestros pacientes, de nuestros propios hijos. Déjate asesorar por gente de verdad entendida en la materia, guíate por la opinión de los expertos. No hay ocultos interés industriales en nuestras recomendaciones. Las vacunas han salvado y salvan cada año a millones de niños y esa, sí es una realidad.

Yo vacuno a mis hijos ¿Y tú?

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