¡Mamá, no tienes que hacerlo todo perfecto! Ser una madre abnegada no te convierte en una mejor madre. Porque una, además de madre es profesional, es amiga, es pareja y es otras muchas cosas a las que no tendríamos que renunciar.
Y además esa pasión que una siente por su trabajo, esa dedicación, esos logros que una va consiguiendo tras muchos años de esfuerzo, también son ejemplo para nuestros hijos y nuestras hijas.
A mí me ha ayudado mucho convertir mi culpa (por ser una madre apasionada de su trabajo) por ejemplo para ellos. Porque ojalá el día de mañana mis hijos logren sentir las satisfacciones que yo siento con mi profesión.
Me recordarán como una madre maravillosa, por supuesto que lo soy, pero además pensarán en mí y dirán: “es que le encantaba lo que hacía”.
Y eso sería grandioso. Porque lo que necesitan nuestros hijos es que se dediquen a cosas que de verdad les apasione, ahí es donde pueden ser buenos de verdad.
Gracias Erika De la Vega por esta sentida entrevista en Miami con mi gira con mi último libro #LosVirusNoEntranPorLosPies.
Podéis ver el episodio del podcast “En defensa propia” entero aquí ⬇️
¡Hasta la próxima!
Lucía Galán Bertrand ❣️
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