Mitos sobre el pan de molde
En la actualidad, existe una gran variedad de alimentos procesados que a menudo se presentan como opciones saludables y prácticas, especialmente para los niños, sin embargo, no siempre lo son, casi nunca lo son de hecho.
Un claro ejemplo de esto es el pan de molde. A simple vista, parece una opción ideal por su textura blanda y su practicidad, sin embargo, es importante profundizar un poco más y entender realmente la constitución de los mismos.
El pan de molde que encontramos en los supermercados, la inmensa mayoría de ellos están hechos con harinas refinadas y contienen grasas trans, más sal que el pan convencional y, en muchos casos, azúcares añadidos. Estos ingredientes son especialmente comunes en las versiones dirigidas a los niños, con envases coloridos y motivos infantiles que buscan captar la atención de los padres y de los peques de la casa.
Pero… ¿Qué implica esto para la salud de nuestros hijos?
Las harinas refinadas y los azúcares añadidos pueden contribuir a problemas de salud a largo plazo, como la obesidad y la diabetes; es crucial leer las etiquetas cuidadosamente y optar por opciones más saludables.
Además, por su textura blandita, a veces provoca atragantamientos porque se queda pegado en el paladar.
Afortunadamente, existen alternativas de pan de molde más saludables, aquellas que están hechas con harina 100% integral y sin azúcares añadidos. La opción más sencilla y saludable sigue siendo comprar barras de pan integral.
Os dejo más información el sobre pan de molde aquí ⬇️
Cereales en el biberón
Otro mito común relacionado con la alimentación infantil es la creencia de que añadir un cacito de cereal en el biberón hará que el bebé duerma toda la noche. No hay evidencia científica que respalde esta afirmación. De hecho, puede tener el efecto contrario y perturbar el sueño del bebé. Los cereales no son necesarios en los biberones, ni a ninguna hora del día, ni a ninguna edad.
Es recomendable introducir los cereales en la dieta de los niños de otras maneras más saludables y naturales; por ejemplo, en lugar de añadir cereales al biberón, podemos incorporarlos en las comidas y meriendas de diferentes formas: una tostada de pan integral en el desayuno, un puñadito de arroz en la comida, un poco de pasta integral en las comidas o cenas, o avena con un poco de leche y fruta son excelentes opciones.
Estas alternativas no solo son más saludables, sino que también ayudan a establecer hábitos alimenticios balanceados y nutritivos desde una edad temprana.
En resumen, es fundamental cuestionar las creencias populares y analizar cuidadosamente las opciones de alimentos que ofrecemos a nuestros hijos. Optar por productos integrales y naturales siempre será la mejor elección para fomentar una alimentación saludable y equilibrada.
Si queréis seguir derribando mitos ⬇️
Los virus no entran por los pies
En este nuevo libro vamos a encontrar cuestiones tan fundamentales como las infecciones, la alimentación y el neurodesarrollo a temas tan importantes como el sueño, la salud mental o el bullying. Desde las vacunas y los accidentes infantiles a los neuromitos que llevamos años escuchando. Desde los bulos más disparatados leídos en redes sociales, medios…
¡Hasta la próxima!
Lucía Galán Bertrand | Pediatra y Escritora
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