La llegada del invierno está a la vuelta de la esquina y nuestras consultas se llenan de padres y madres preocupados por la frecuencia en la que sus hijos se ponen malitos.
Sabemos que el invierno trae consigo un desfile de virus y bacterias que parecen tener especial cariño por los más pequeños de la casa. Para estar preparados, quiero hablaros de las enfermedades más frecuentes en esta época y de cómo podemos afrontarlas de manera informada y tranquila.
1. Otitis media: ¿necesitan siempre antibióticos?
La otitis media es una de esas infecciones que aparece cuando menos lo esperamos. Ese dolor de oído repentino, la fiebre, y a veces, hasta la supuración, pueden ser muy angustiosos tanto para los pequeños como para nosotros, los padres. La otitis, que suele ser consecuencia de resfriados o infecciones respiratorias previas, no siempre necesita tratamiento con antibióticos. En muchos casos, puede resolverse sola en unos días. Es importante recordar que no siempre el antibiótico es la respuesta, y ante la duda, consultad con vuestro pediatra. Aquí tenéis un video donde explico en detalle cuándo realmente es necesario usar antibióticos y cuándo podemos esperar y observar.
2. Bronquitis vs. Bronquiolitis: dos términos parecidos, pero con diferencias clave.
Otro gran protagonista del invierno es la bronquitis, y su “prima hermana”, la bronquiolitis. Aunque los nombres se parecen, son afecciones distintas y, además, su manejo también es diferente. Mientras que la bronquitis afecta las vías respiratorias grandes, la bronquiolitis suele aparecer en bebés y niños pequeños, y afecta los bronquiolos, esas pequeñas ramitas al final del árbol respiratorio. La bronquiolitis puede ser especialmente dura en los más pequeños y, en algunos casos, requerir atención hospitalaria. Afortunadamente, la mayoría de los niños se recupera en casa con paciencia y cuidados. En el siguiente video, os explico cómo identificar cada una y qué podemos hacer para aliviar los síntomas.
3. Resfriados y gripe: los invitados frecuentes del invierno
¿Quién no ha pasado por una temporada de resfriados y gripe en invierno? Los niños pequeños, especialmente los que están en guarderías o colegios, son auténticos “imanes de virus”. Aunque los resfriados pueden hacernos pasar días complicados, la gripe, en cambio, puede ser un poco más intensa, con fiebre alta, malestar general, dolor muscular y, en algunos casos, complicaciones. Para los resfriados, el tratamiento consiste en aliviar los síntomas: mantenerlos bien hidratados, ofrecerles alimentos ligeros y darles mucho mimo. Recordad que la vacunación es nuestra mejor aliada para prevenirla.
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Porque la inmensa mayoría de las infecciones qué sufrirán nuestros hijos, las vamos a poder manejar en casa tranquilamente, pero necesitamos los conocimientos y la tranquilidad de saber qué debemos vigilar.
¿Qué pasa si hace una convulsión febril? ¿Cómo va a ser el manejo posterior y qué hacer en ese momento? ¿Qué pasa con anticatarrales, mucolíticos descongestivos? ¿Funcionan?
¿Cuándo identificar esos signos de alerta tanto en la piel, como en la respiración, como en el estado general del niño? ¿Los mocos dejan de ser mocos y podría tratarse de algo más? ¿Cómo sospecharlo?
Todas estas preguntas que como padre, madre, abuelo o cuidador debemos saber para sentir que tenemos la situación bajo control y no perder los nervios.
Déjame en comentarios qué enfermedad de época de frío te gustaría que tratáramos en el siguiente post.
Lucía Galán Bertrand | Pediatra y Escritora
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