Buenos días a todos:
¿Qué tal estáis? Hoy me paso por aquí para desahogarme. Sí, para desahogarme frente a algo que llevamos sufriendo desde hace meses y que me parece tremendamente injusto. Y es la cancelación de Instagram hacia determinados profesionales sanitarios que llevamos muchos años en la red ayudando a miles de personas.
¿Cómo puede suceder? Os preguntaréis. Pues sucede.
Hace unos meses compartí un mensaje de una mujer con ideas suicidas, un mensaje que no era más que una petición de ayuda desesperada. Me pedía ayuda. Y por supuesto se la ofrecí en un mensaje que hice público, sin mencionar su cuenta, obviamente. Un texto amoroso, empático y con los teléfonos oficiales de asistencia al suicidio como es el 024 o el Teléfono de la esperanza.
Pues según esta red social, mi publicación incitaba al suicidio. Era contenido inapropiado.
Incrédula de mí intentamos desde todo mi equipo contactar con Meta en lo que fueron unas reuniones totalmente infructuosas y sin sentido.
No puedo hacer directos en Instagram, no me permiten seguir creciendo, penalizan cada una de mis publicaciones y un largo etc.
Esta maña ha vuelto a suceder y al ir a comprobar cuales eran las publicaciones comprometidas no cabía en mi asombro: una publicación sobre “cefaleas, diagnóstico y tratamiento”, un video de una entrevista que me hicieron en televisión hablando sobre el bullying como primera causa de suicidio en la infancia”, un carrusel de “A mi hijo le duele la cabeza”, el booktrailer de “Los virus no entran por los pies”, un video sobre “brote de tosferina” con el último informe de la Asociación española de Pediatría y del Ministerio de Sanidad, otro vídeo sobre “mitos en salud mental”, otro video sobre “señal de socorro” para casos de violencia de género y un largo etc.
El mundo al revés.
No basta con tener más de una docena de reconocimientos por instituciones oficiales a mi labor divulgativa en RRSS, no es suficiente con llevar diez años en esta y en otras redes sociales hablando sobre salud citando fuentes oficiales, avaladas y acreditadas, no basta con haber publicado más de una docena de libros todos ellos con su bibliografía correspondiente, no basta.
El algoritmo, el chatbot o la “inteligencia artificial” de turno considera que esos videos y contenidos son inapropiados. ¿Cómo te quedas?
Y todo ello mientras te llegan perfiles que atentan directamente contra la salud de la población, que constituyen delitos contra la salud pública y que cualquiera de ellos acabaría sentado en un banquillo rindiendo cuentas a la justicia por las barbaridades que dicen si se les denunciara formalmente: remedios milagrosos para curar el cáncer, o el autismo, adolescentes en riesgo por seguir retos peligrosísimos, consejos que lo único que logran es poner en riesgo la vida de las personas y que ya nos consta que se están cobrando vidas… Y allí están.
Pues estupendo, oye. Nos está quedando un mundo precioso.
Mi equipo y yo por nuestra parte no nos rendimos, todo lo contrario. Ante las adversidades nos crecemos.
Y nosotros como decía Horacio, poeta de la antigua Roma.
“La adversidad tiene el don de despertar talentos que en la prosperidad hubieran permanecido dormidos.”
Y ese fue el origen de la App de Lucía, mi pediatra, en la que llevamos trabajando ocho meses y a la que aun le quedan unos meses para ver la luz. Un espacio libre e independiente donde podré compartir información fiable, avalada y acreditada sin temor ninguno de que ningún algoritmo venga a decapitarme.
Y no solo la App que pronto podréis disfrutar, aquí está mi blog, las newsletters, mis libros y mis cursos siguen siendo mi casa, mi refugio y mi lugar seguro.
Hay una frase de Einstein que me encanta y dice así:
“Aquellos que tienen el privilegio de saber tienen la obligación de actuar.”
Esta cita nos recuerda que la resiliencia también implica tomar acción y no quedarse pasivo ante las adversidades.
Esto me lleva al concepto del Crecimiento Postraumático del que os hablo en “Los virus no entran por los pies” que desarrolla mi admirado el Dr. Luis Rojas Marcos, reconocido psiquiatra español que lleva ejerciendo en Nueva York desde hace ya muchos años.
Esto es algo que me ha ayudado tanto en mi vida que creo que merece una newsletter a parte. Sí, definitivamente, me lo apunto.
Por lo demás, gracias a todos. Gracias por seguir ahí. Gracias a los que me seguís por mi blog, por Instagram, por Facebook, por TikTok, por Linkedin o por mis libros y formaciones. Gracias siempre.
El conocimiento es poder que decía Francis Bacon, pero también es calma y es seguridad y es control y en este mundo loco y acelerado que llevamos plagado de noticias alarmantes, saber por donde pisar vale oro… Y es que mi calma, mi seguridad y la de los míos es sagrada.
Así que si os tuviera que dar un consejo para hoy os diría que busquéis ese lugar, ese refugio, esas personas que suman en vuestras vidas, que no juzgan, que construyen, que ayudan, que arriman el hombro, que celebran cada uno de vuestros logros más incluso de lo que tú los celebras y que sabes que, pase lo que pase, allí estarán.
Por mi parte solo deciros que … podéis contar conmigo y que me siento inmensamente orgullosa de esta Tribu y de todo lo que hemos logrado juntos.
Y por último os regalo una canción: People help People, aquí os la dejo. Subid el volumen y disfrutad. “personas que ayudan a personas…”
Con todo mi amor,
Lucía.
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Qué injusticia! Haces un trabajo valioso y de gran ayuda. Sigue así!!!!
Es una vergüenza lo de las redes sociales pero me alegro de que te adelantaras a ello desarrollando tu propia APP, impaciente por verla.
Una cosa más, sin ser crítica en absoluto, simplemente notificarte que he encontrado la excepción a “los virus no entran por los pies!” Mi hija de 5 años tuvo una verruga (papiloma) en un dedo del pie y me la ha contagiado a mi justo en el talón. Así que inmediatamente pensé “aquí está la excepción que confirma la regla sobre los virus en los pies!” 😂